¿POR QUÉ NECESITO SILENCIO Y QUIETUD?Muestra

NUESTRO RUIDO INTERNO Y ACTIVISMO EXTERNO TIENEN DESCANSO EN EL SILENCIO Y LA QUIETUD DELANTE DE DIOS

Dios usó al profeta Elías para hacer una proeza increíble: demostró que Dios es el verdadero Dios frente al falso dios de Baal, además, prendió a todos los profetas de Baal, no dejando vivo a alguno. Sin embargo, estos profetas respondían a la esposa del rey Acab, quien se agravió lo suficiente para amenazar de muerte a Elías. A lo cual, Elías huyó buscando un refugio en una cueva temiendo por su vida a causa del celo del Señor (1 Reyes 18-19).

¿Qué hace Dios? Lo busca. ¿Dónde se encuentra con Él? En el silencio. ¿Por qué? Porque su alma estaba turbada, desanimada y temerosa. Él conocía la Palabra de Dios, acababa de ver Su poder, y como Él lo afirmaba, el celo por el verdadero Dios de Israel lo consumía. No era ignorancia de Dios lo que lo hizo huir, sino el temor humano de no saber qué pasaría. Elías pensaba que solamente quedaba él como profeta del Señor y nadie más, además, la amenaza de muerte era real. Su temor no era mal infundado, era verdadero.

Sin embargo, Dios le enseña al profeta con una simple pregunta: ¿Qué haces aquí, Elías? (v.13). Hay momentos para compadecerse y hay momentos para despojarse del polvo, levantarse y seguir adelante. Este fue el caso de Elías. Dios esperó que su alma estuviera en silencio para que Elías lo pudiera escuchar, y así, enseñarle obediencia a pesar de cómo se sintiera. Entonces, Dios lo dirige en su siguiente plan: su reemplazo, Eliseo, y quien se encargaría de matar a su justiciero, el militar Jehú.

Cuando nos sentimos desesperadas, sin palabras para orar o sin saber qué decir, buscar a Dios en quietud y esperarlo no es un desperdicio de tiempo, sino un grito en silencio que lo llama. Dios se va a presentar porque Él está pendiente de ti y de lo que te ocurre; si lo buscas, lo encuentras. Él jamás rechaza un corazón contrito y humillado, y más aún en silencio, esperando Su voz, sus coordenadas y su exhortación.

• Aprende: ¿Alguna vez has tenido tanto temor, ansiedad o preocupación que huyes de Dios? ¿Cómo te anima la historia de Elías a buscar al Señor?
• Vive: Lee Hechos 9:1-9. ¿Qué estaba haciendo Saulo? ¿Qué hizo y dijo Jesús? ¿Cuál fue el resultado? Responde leyendo el versículo 9. ¿Qué ha hecho el Señor para callar la furia de enojo que tienes? ¿Qué ha hecho Dios para que veas a Cristo y vayas a Él? Medita en estas cosas para terminar orando al Señor.
• Lidera: ¿Qué área ministerial te consume más? ¿Qué actividad quiere Dios que dejes de hacer para dedicarle tiempo? Medita y ora por estas cosas.

Oración

Amado Señor, te damos gracias por tu infinito amor, primeramente en salvarnos, buscarnos y hacernos tuyas. Gracias por no dejarnos y perseverar con nosotras como la promesa del pacto en Cristo. Ayúdanos a ir a ti cada vez que no sepamos cómo lidiar con nuestras emociones, dolor y ansiedad. Ayúdanos a confiar en que, aunque no emitamos palabras, tú estás con nosotras y nos hablarás o darás lo que necesite nuestra alma. Ayúdanos a confiar en ti, amén.