Logo de YouVersion
Ícono Búsqueda

El Mesías PrometidoMuestra

El Mesías Prometido

DÍA 8 DE 20

El Siervo que Sufre

El Sacrificio Perfecto

Lectura: Levítico 16; Hebreos 10:1-12

EOAO: Hebreos 10:10-12

“En virtud de esa voluntad somos santificados mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo hecha una vez para siempre. Todo sacerdote está día tras día ministrando y ofreciendo muchas veces los mismos sacrificios, que nunca pueden quitar los pecados. Pero Cristo, después de haber ofrecido de una vez y para siempre un solo sacrificio por los pecados, se ha sentado a la diestra de Dios.”

En el texto

Dios apartó al pueblo de Israel como Suyo. Al hacerlo, Dios les dio una serie de leyes muy específicas que debían seguir. El pueblo debía ofrecer regularmente animales como sacrificios por sus pecados. Esto era un recordatorio de que la consecuencia del pecado es la muerte.

Cada año, el sumo sacerdote pasaba por un conjunto específico de rituales para limpiar y purificar el templo, a sí mismo y a los animales apartados para el sacrificio. Los pecados del pueblo se transferían ceremoniosamente al animal, y este era sacrificado como pago por los pecados del pueblo. Estos sacrificios, realizados año tras año, nunca pudieron cubrir los pecados de la gente. En cambio, eran un símbolo y una promesa de un sacrificio perfecto por venir.

Jesús es ese sacrificio perfecto. A diferencia de los otros sumos sacerdotes de Israel, Él no necesitaba purificarse del pecado. Por lo tanto, en lugar de transferir Su pecado a un animal para ser sacrificado, Él cargó con nuestros pecados. Él se ofreció a Sí mismo como sacrificio, sin necesidad de que nadie se interpusiera entre Él y Dios, porque Él era el sacrificio perfecto y sin pecado. Como Jesús es eterno, el sacrificio que ofreció nos cubre eternamente, a diferencia de los sacrificios anuales que hacían los israelitas.

¡Esta es la Buena Nueva del Evangelio! Aunque no hacemos sacrificios de animales como los israelitas, a menudo intentamos hacer sacrificios a Dios a nuestra manera. Intentamos complacer a Dios y compensar nuestros pecados haciendo "buenas obras", como ir a la iglesia, leer nuestra Biblia y orar. En lugar de confiar en el sacrificio de Jesús para salvarnos, podemos caer en la creencia de que necesitamos nuestras obras para salvarnos.

Su sacrificio fue suficiente. Siempre será suficiente. No hay nada que podamos hacer que nos ponga en buenas relaciones con Dios o que de alguna manera haga que nos ame más. Él ya no se acuerda de nuestros pecados porque nos ha perfeccionado por Su propia santidad. ¡Jesús es el sacrificio perfecto!

Día 7Día 9

Acerca de este Plan

El Mesías Prometido

Dios nunca hace una promesa que no vaya a cumplir. Su última promesa, la de enviarnos un Salvador, es el cumplimiento supremo de todas Sus promesas. A pesar de vivir en un mundo de promesas rotas, tenemos a un Dios que cumple. Cuando Él hace una promesa, ya tiene un plan para cumplirla.

More

Nos gustaría agradecer a Love God Greatly - Spanish por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://spanish.lovegodgreatly.com/