El Mesías PrometidoMuestra
¡Consumado es!
Todas las Naciones
Leer: Génesis 12:3; 22:18; Salmo 72:17; Gálatas 3:6-16
EOAO: Gálatas 3:8-9
Y la Escritura, al prever que Dios había de justificar por la fe a los gentiles, dio de antemano a Abrahán esta buena noticia: En ti serán benditas todas las naciones. De modo que los que tienen fe son bendecidos con el creyente Abrahán.
En el texto:
Unos dos mil años antes del nacimiento de Cristo, Dios hizo una promesa a un hombre que no tenía hijos. Dios prometió darle a este hombre un descendiente, y no sólo un descendiente, sino descendientes tan numerosos que serían como las estrellas del cielo. Dios prometió bendecir a todas las naciones del mundo a través de este hombre.
Con el tiempo, este hombre, Abraham, tuvo hijos y su familia continuó. Jacob, nieto de Abraham, recibió la misma promesa. Dios le aseguró a Jacob que tendría muchos descendientes, tal como le había prometido a Abraham.
Jacob, también llamado Israel, se convirtió en el padre de una nación. Esta nación de Israel fue apartada por Dios para mostrar Su amor al mundo. Aunque fracasaron una y otra vez, Dios fue fiel. Continuó cumpliendo la promesa que había hecho a Abraham y Jacob, y guardó a sus descendientes para que fueran una bendición para el mundo.
El pueblo de Dios sabía lo que Él había prometido. También comprendieron que un descendiente específico de Abraham sería el que bendeciría a todas las naciones. Esperaban a este Mesías, este redentor prometido que bendeciría a todos los pueblos.
Abraham fue considerado justo por Dios a causa de su fe. Hoy, nosotras también somos consideradas justas por Dios a causa de nuestra fe. Mientras que la fe de Abraham estaba en la promesa de un Mesías, nuestra fe está en la obra completada del Mesías, Jesucristo. Dios extendió la bendición de la justificación por la fe a los gentiles, aquellos fuera de la nación de Israel, pero nosotras aún somos justificadas por gracia a través de la fe. Al creer en Jesús y en lo que Él hizo por nosotras, también heredamos la promesa que Dios le dio a Abraham. Disfrutamos de la bendición de ser incluidas en la familia elegida de Dios cuando ponemos nuestra fe en Cristo. Ya no importa cuál sea nuestra ascendencia o nacionalidad; lo único que importa es nuestra fe.
Acerca de este Plan
Dios nunca hace una promesa que no vaya a cumplir. Su última promesa, la de enviarnos un Salvador, es el cumplimiento supremo de todas Sus promesas. A pesar de vivir en un mundo de promesas rotas, tenemos a un Dios que cumple. Cuando Él hace una promesa, ya tiene un plan para cumplirla.
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Nos gustaría agradecer a Love God Greatly - Spanish por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://spanish.lovegodgreatly.com/