El Mesías PrometidoMuestra
El Siervo que Sufre
El Último Enemigo
Lectura: Job 19:25; Lucas 24:1-10; Isaías 26:19; Juan 5:24-29; 1 Corintios 15:20-26
EOAO: Job 19:25
Pero yo sé que mi Redentor vive, y que al fin se levantará sobre el polvo
En el texto
A lo largo de la historia de la gente de Dios, Él les ha dado la promesa de la resurrección. Encontramos esta promesa ya en el relato de Job, que se cree que vivió alrededor de la época de Abraham. Job no formaba parte de la nación de Israel, pero Él caminó fielmente con Dios durante toda su vida, incluso ante una tragedia impensable. Job sabía y creía con confianza que un día llegaría su Redentor y vencería a la muerte, de una vez por todas.
El resto de la Escritura señala que este Redentor es Jesucristo. La resurrección de Jesús no fue la única resurrección incluida en la Biblia, pero la Suya es la única resurrección en un cuerpo celestial. Otros que resucitaron acabaron muriendo de nuevo (Lázaro, el hijo de la viuda, etc.). Pero la resurrección de Jesús fue completa y definitiva. Él resucitó y vive eternamente. Su resurrección demuestra Su poder sobre la muerte y el pecado.
Él no sólo ha resucitado de entre los muertos, sino que promete la resurrección a los que creen en Él. El profeta Isaías habló de la promesa de Dios de resucitar a los muertos, y Jesús también prometió que los muertos volverían a vivir. Dios dio a Su Hijo autoridad para resucitar a los muertos, y un día Él llamará a los que creyeron en Él, y los muertos resucitarán.
El poder de la resurrección sólo pertenece a Dios. Él es el único que tiene poder sobre el pecado y la muerte. Puesto que Jesús resucitó de entre los muertos, nosotros también experimentaremos la resurrección física. La resurrección de Cristo nos precede, preparando el camino para nuestra resurrección física en la eternidad.
Cristo fue el primero en resucitar de entre los muertos. Podemos creer que Dios continuará Su obra de resurrección porque Cristo ha resucitado. A través de Adán, hemos ganado y heredado la muerte, pero en Cristo, somos resucitados y hechos vivos. Él ya ha derrotado al último enemigo, y un día estaremos junto a Él en la victoria.
Acerca de este Plan
Dios nunca hace una promesa que no vaya a cumplir. Su última promesa, la de enviarnos un Salvador, es el cumplimiento supremo de todas Sus promesas. A pesar de vivir en un mundo de promesas rotas, tenemos a un Dios que cumple. Cuando Él hace una promesa, ya tiene un plan para cumplirla.
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Nos gustaría agradecer a Love God Greatly - Spanish por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://spanish.lovegodgreatly.com/