Derribando Las Fortalezas De Maldad.Muestra

Armas espirituales.

Dios nunca nos desampara; Él tiene un plan para cada uno de sus hijos desde antes de la fundación del mundo y nos ha provisto de lo necesario para enfrentar las adversidades, los ataques y planes del enemigo.

En Efesios 6:10-18 se nos habla de la armadura de Dios que debe ser utilizada por los hijos de Dios para resistir y combatir contra las huestes de maldad. Cada uno de los elementos tiene un significado profundo que me gustaría ir analizando poco a poco. Para iniciar, en Efesios 6:10 se nos dice: "Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor y en el poder de su fuerza". Partamos del hecho de que la guerra ya está ganada; Jesús en la Cruz del Calvario derrotó a Satanás y nos dio la victoria. Ahora nos corresponde a nosotros mantener esa victoria y no dejarnos engañar por el enemigo, quien viene a matar, robar y destruir.

Fortalecernos en el Señor es simplemente creer en Él y en su fuerza; no debemos engañarnos creyendo que es por méritos propios, por nuestra fuerza o capacidades que vamos a tener la victoria. Sin la unción del Santo Espíritu de Dios, la Sangre de Cristo que nos limpia de todo pecado y los ángeles enviados por el Padre para levantar ese vallado de protección, estaríamos expuestos, débiles y propensos a caer en las trampas y engaños de muerte que nos rodean. Siempre tengamos presente nuestra necesidad de Dios más que de otras cosas. Busquemos con amor y pasión su presencia para poder resistir en el día malo y salir victoriosos en cualquier batalla que se nos presente.

Oremos:

Padre Bueno, gracias porque es por tu fuerza que somos más que vencedores; es por tu gracia que somos aceptos y perdonados. Sabemos que sin ti nada somos, y por eso buscamos tu presencia. En el nombre de Jesús, te pedimos humildad para reconocer nuestra necesidad de ti en todas las áreas de nuestra vida: nuestra familia, nuestro trabajo, nuestro ministerio. Todo lo ponemos en tus manos para que nos ayudes y guíes. Líbranos del mal y encamina nuestros pasos para andar en la senda de rectitud, santidad y justicia que te agrada. Amén.