Derribando Las Fortalezas De Maldad.Muestra

Revestidos de la verdad.

Algo importante en la lucha espiritual y para derribar las fortalezas de maldad es hablar con la verdad; la mentira y el engaño no conducen a nada bueno, ya que abren la puerta para que el enemigo entre y destruya la vida de las personas.

En la Palabra se nos dice en Efesios 6:14: "Así que mantengámonos firmes, revestidos de la verdad y protegidos por la rectitud". La verdad es imprescindible en la vida espiritual; no admitir engaños o tratar de engañarnos a nosotros mismos creyendo que somos perfectos, o, al contrario, que somos un caso perdido, son cosas que conducen a una separación de Dios. Ni hablar de las personas que practican la mentira engañosa; esas personas que mienten en cosas pequeñas y sin sentido no están bajo la cobertura de Dios, porque Dios es fiel a aquellos que le son fieles y le abren su corazón con sinceridad. Otro punto es que los que mienten no tienen paz en su corazón debido al temor de ser descubiertos, y la mentira es como una bola de nieve que crece cada vez más hasta convertirse en un gran problema.

La verdad la podemos encontrar en la Palabra, ya que en Juan 14:6 dice: "Jesús le dijo: Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie viene al Padre sino por mí". El único camino es Jesús, la verdad es Él, por lo que debemos revestirnos de la verdad para caminar como Jesús lo hizo en la tierra. Debemos seguir su ejemplo, tal como se nos dice en Juan 13:15-17: "Porque les he dado un ejemplo, para que hagan lo mismo que yo he hecho. De cierto, de cierto les digo: El siervo no es mayor que su señor, ni el enviado es mayor que el que le envió. Si saben estas cosas, bienaventurados serán si las practican".

Oremos:

Padre Bueno, gracias por darnos el mejor consejo de vida a través de tu Palabra. En el nombre de Jesús, te pedimos que nos ayudes a no mentir. Que cada palabra que salga de nuestra boca sea verdadera y que vivamos conforme a cómo Cristo Jesús nos enseñó mediante su estilo de vida. Que nuestra vestimenta diaria sea la verdad, que no nos engañemos a nosotros mismos ni intentemos engañarte a ti, porque tú todo lo conoces. Enséñanos a vivir cada día de manera que podamos traer sabiduría al corazón y ser luz en la oscuridad. Amén.