PentecostésMuestra
“Entre tanto, el fuego del altar debe mantenerse ardiendo; nunca deberá apagarse. Cada mañana el sacerdote le echará leña nueva al fuego. Luego acomodará la ofrenda quemada sobre él, y también quemará la grasa de las ofrendas de paz" (Levítico 6:12 NTV).
Para avivar el fuego es necesario echar leña. Del mismo modo, si queremos avivar el fuego del Espíritu Santo en nuestras vidas debemos echar leña.
Cada vez que tú oras, estás echando leña.
Cada vez que tú adoras a Dios, estás echando leña.
Cada vez que tú das, estás echando leña.
Cada vez que tú obedeces, estás echando leña.
Echar leña es un acto de entrega.
Cuando oras, estás entregando tu tiempo.
Cuando das, estás entregando tus recursos.
Cuando obedeces, estás entregando tu voluntad.
En uno de sus viajes, Pablo llegó a la isla de Malta y decidió encender una fogata. Lo primero que hizo Pablo fue buscar leña, es interesante que él mismo fue a buscar la leña, lo cual nos enseña que cada uno es responsable de buscar la leña para encender el fuego.
Luego, una serpiente lo mordió. El enemigo hará todo lo posible para evitar que eches leña para avivar el fuego de Dios en tu vida. Sin embargo, la Biblia dice que Pablo se sacudió la mano y la serpiente cayó en el fuego y él no sufrió ningún daño.
Finalmente para encender el fuego en tu corazón, Levitico nos enseña: Permanece en el altar.
La forma más rápida de apagar una leña es apartarla de la fogata. Una leña que se aparta de la fogata pronto termina en ceniza.
Sin embargo, la mejor manera de prender una leña apagada, es ponerla junto a una que ya está encendida.
Si tú quieres avivar el fuego no dejes de congregar. No te aísles. Por el contrario, busca personas que están ardiendo por Dios. Rodéate de personas apasionadas por Dios.
Tú no puedes producir fuego, pero puedes provocar fuego.
Ora: Espíritu Santo aviva tu fuego en mi vida. Que tu fuego consuma todo lo que no viene de ti y te pido que vuelvas a poner pasión en mi corazón, pasión por tu presencia, por tu casa, por el servicio.
Acerca de este Plan
Pentecostés fue el día en que el Espíritu Santo vino a la tierra. Desde ese día el Espíritu Santo ha acompañado a cada nuevo creyente desde el momento de su conversión. Mi oración por ti es que al conocer más del Espíritu Santo y su experiencia con el Señor Jesús puedas también experimentar el bautismo, el toque y la llenura del Espíritu Santo en tu vida.
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Nos gustaría agradecer a Comunidad Cristiana Agua Viva por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://www.ccaguaviva.org/