PentecostésMuestra

"Recuerden, el fuego del altar siempre debe estar encendido; nunca debe apagarse" (Levítico 6:13 NTV).

En Levíticos 6:10-13 Dios le da instrucciones especificas a su pueblo para avivar el fuego del altar todos los días. Y la primera instrucción que Dios le dio a Moisés fue: saca la ceniza.

Durante el tiempo de cuarentena me volví un experto haciendo parrillas y aprendí que para encender la leña o el carbón se necesita primero sacar la ceniza, porque la ceniza apaga el fuego.

Si tú quieres avivar el fuego de Dios en tu vida, debes sacar la ceniza de tu corazón.

Sacar de tu corazón las cenizas del pasado.

Sacar las cenizas del pecado.

Sacar las cenizas del fracaso.

Sacar las cenizas del dolor.

Las cenizas representan un lugar dónde hubo fuego, pero ahora solo queda polvo.

Dios no quiere que vivas de glorias pasadas, ni victorias pasadas. Él te quiere llevar de gloria en gloria y de victoria en victoria.

Jesús lo dijo de esta manera: “Nadie echa vino nuevo en odres viejos, el vino nuevo se echa en odres nuevos”.

Limpia las cenizas de tu corazón para que Dios vuelva a avivar el fuego en tu vida.

La segunda instrucción que Dios le da a Moisés es “quítate las vestiduras sacerdotales y vístete de ropas normales” o cámbiate de ropa.

Y esto nos habla de vestirnos de humildad. Muchas personas que experimentan el poder del Espíritu Santo caen en la trampa de pensar que son ellos los que predican tan bien o es por ellos que los enfermos se sanan. Pero la verdad es que no eres tú, siempre ha sido Dios.

Tú eres el instrumento, pero Él es el músico.

Tú eres el pincel, pero Él es el artista.

Cada vez que Dios te usa, recuerda quitarte las vestiduras sacerdotales y ponerte tus ropas normales. Cada vez que Dios te usa, dale toda la gloria, honra y alabanza a Dios.

Una persona humilde es una persona sometida a sus autoridades, enseñable y servicial.

Pídele al Espíritu Santo que te muestre las cenizas que aún están en tu corazón y sácalas de tu vida. Vístete de humildad reconociendo que todo lo que has logrado ha sido por Su gracia y misericordia en tu vida.