Desarrollando liderazgo espiritualMuestra

El liderazgo espiritual es un asunto de confiabilidad.

Ser alguien de confianza es un requisito indispensable para liderar. Sin esto es muy difícil construir influencia y mantener el compromiso de los seguidores.

El liderazgo espiritual es un liderazgo con carácter moral, que inspira confianza. Los líderes espirituales no deben ser escogidos al azar, ni por su carisma, tampoco porque se ofrezcan voluntariamente, o porque aspiren a la posición, sino en primera instancia por su idoneidad moral, por su carácter consagrado a Dios. No basta con tener conocimientos teológicos, ni con ser muy talentoso para ser un líder espiritual. Al fin y al cabo, Dios capacita al que llama. Y cuando llama no ve la apariencia física, ni la personalidad magnética, sino la integridad en el corazón del hombre.

El carácter moral del líder espiritual

Por eso el apóstol Pablo comienza describiendo los atributos de los obispos con la cualidad de ser irreprensibles. Esta palabra literalmente significa “nada que pueda ser usado en contra.” No debe haber nada que otros puedan usar en su contra o para atacar a la iglesia. Y esto no significa ser perfecto e infalible, porque ningún hombre lo es. Significa que no puede ser acusado y señalado, que es moralmente correcto, que es irreprochable, que no crea ocasión de tropiezo en otros, ya que sus actos son buenos, sin maldad ni corrupción.

La característica central, pues, que deben tener los líderes espirituales es su carácter moral y ético, que se muestra a través de un conjunto de cualidades y actitudes que lo hacen una persona confiable. Esto es lo que nos enseña 1 Timoteo 3:2-7.

Observemos estás características:

• Gobierno del hogar

• Lealtad y fidelidad conyugal

• Buen testimonio

• Sin vicios, ni adicciones

• Sin reacciones agresivas o violentas

• Sin motivaciones deshonestas ni avariciosas

• Con trato respetuoso