[La sabiduría de Salomón] Estoy enojado contigoMuestra

Ahora ya lo sabes

¿Alguna vez has conducido a un lugar desconocido? Conduces despacio, caes en todos los baches, te pasas de donde tienes que virar y todos los lugareños se enojan contigo. En cambio, en tu barrio o ciudad no necesitas un mapa. Sabes dónde está cada bache, los atajos y qué calles evitar por completo.

¿De dónde viene el conflicto? La Biblia nos dice que viene de nuestras pasiones. Esto es cierto. Quiero ayudarte a identificar estas pasiones. Quiero mostrarte dónde están los baches, los topes, las zanjas y más, que es de dónde pueden surgir los conflictos. Afortunadamente, todos comienzan con «P», por lo que te serán fáciles de recordar: presunción, personalidad, preferencias y previsibilidad.

La presunción dice que ya no quieres que se te digan las cosas. No quieres ayuda en nada. No deseas saber lo que está sucediendo. Si tu presunción crece demasiado o dejas que se levante hasta el tope, podría generar conflicto. Lo opuesto a la presunción es la humildad. La humildad dice: «Es probable que no necesite ayuda en esto, pero estaré agradecido de todos modos». La siguiente es personalidad. El conflicto puede surgir porque tú y la otra persona tienen personalidades diferentes. Si no tienen cuidado, pueden molestarse entre sí. Y eso podría generar irritación y fricción. La siguiente «P» son las preferencias. Las preferencias dicen: «Así me gusta, y no me importa si les gusta de otra manera». Esto podría deberse a que uno es hombre y la otra, mujer. Uno creció en una familia grande y el otro, en una familia pequeña. Podría ser que «sabes» que es mejor hacerlo de cierta manera y que si es diferente todo saldrá mal. La última «P» es previsibilidad. Esto hace que nos enojemos mucho antes de que algo suceda. Dice: «Ya sé lo que va a hacer», o: «Ya sé lo que va a decir». «Sabemos» exactamente cómo responderá el otro y empezamos a discutir en nuestra mente.

Por supuesto, hay muchas otras áreas de las que podrían surgir conflictos, pero a pesar de que existan, no significa que tengamos que ceder a ellas. Podemos detener el conflicto antes de que ocurra. Debemos recordar que la Biblia dice que el amor es paciente; el amor es amable. No busca lo suyo ni guarda rencor. No es orgulloso ni grosero. El amor dice: «Sé que mi presunción, personalidad y preferencia quieren esto, pero amo más a mi cónyuge». El amor dice: «Creo que sé cómo responderá, pero le daré la oportunidad de responder de todos modos, esperando estar equivocado». Ahora que sabemos de dónde podría provenir el conflicto, dejemos que el amor reine sobre todos ellos.