[La sabiduría de Salomón] Estoy enojado contigoMuestra

Responde, no reacciones

¿Alguna vez has estado en conflicto con alguien? Con frecuencia discutimos con alguien por cosas sin importancia. Quizá no te gusta como mastican, respiran, dejan las toallas en el piso o no recogen sus cosas. O bien, podría ser porque te dijeron cosas hirientes, se aprovecharon de ti o fueron simplemente crueles. Independientemente de con quién tengamos un conflicto o qué lo comenzó, el libro de Cantares en la Biblia puede ayudarnos a entender por qué entramos en conflicto, qué hacer con los conflictos y cómo llegar, en última instancia, a reconciliarnos con esa persona.

Ahora bien, quizá te preguntes: ¿Qué tiene que ver un poema romántico con el conflicto? Pero como tú y todos saben, siempre hay conflictos en las relaciones. El libro de Cantares trata sobre el amor, pero tiene un capítulo sobre la intimidad y dos sobre el conflicto. Quizá pienses: «No necesito escuchar sobre el conflicto en las relaciones. Estoy soltero». No dejes de leer. Todos experimentarán un poco de conflicto en sus vidas. Es probable que no sea en este momento, pero en algún momento en el futuro, vendrá. La esperanza es que aprendas que el conflicto no tiene que arruinar una relación, sino que puede ayudar a que profundice, siempre y cuando ambas partes luchen de manera limpia. El libro de Santiago habla de cómo tenemos contiendas unos con otros porque nuestras pasiones están en guerra dentro de nosotros. Queremos ciertas cosas de cierta manera, y cuando no nos salimos con la nuestra, conduce a conflictos dentro de nosotros y con quienes nos rodean. ¿No es por eso que nos metemos en tantas discusiones? ¿No es esa la verdadera razón por la que estamos continuamente frustrados?

Aquí en la historia de Salomón y su esposa podemos ver que, aunque el conflicto surgió en lo que se supone que es un matrimonio piadoso, Salomón y su esposa lo resolvieron bien. Respondieron a cada situación de una manera que hizo crecer su matrimonio. No respondieron de una manera mundana, sino piadosa. Esto no es algo descabellado o imposible de alcanzar. Cuando entendemos que hemos sido reconciliados con Dios por Cristo a través de su gracia, podemos ser reconciliados unos con otros. No tenemos que estar frustrados todo el tiempo, perder los estribos o decir cosas hirientes. Por la gracia de Dios, podemos evitar el conflicto por completo.