En El Ojo De La TormentaMuestra

El desaliento

Algunas veces nos sentimos tan mal anímicamente, que si alguien nos interrogara por nuestro estado le responderíamos: “siento un profundo desaliento”.

Una vez me encontraba orando y preguntándole al Señor sobre este sentimiento, y recordé un versículo bíblico que me dio mayor comprensión del mundo espiritual en torno al desaliento. Se encuentra en Job 41:22. Cuando describe al leviatán –una representación de Satanás en la Biblia– se dice que “en su cerviz está la fuerza, y delante de él se esparce el desaliento”. También recordé que cuando Dios creó al hombre, sopló sobre él aliento de vida, y luego dice: “y fue el hombre un ser viviente”.

El des-aliento es el enemigo de nuestras almas succionándonos el aliento de vida y respirando sobre nuestra nariz su aliento fétido de muerte, que no es otra cosa que la opresión bajo la cual nos encontramos.

Todo lo que tenemos que hacer es clamar al cielo pidiendo que nos quite al leviatán de encima y que podamos respirar aliento de vida, alejando la muerte, la oscuridad y la opresión que muchas veces nos hacen sentir cosas que no son reales, pero lucen como si fueran. Que podamos mirar nuestra vida y circunstancias desde la perspectiva divina.

Para pensar: ¿Alguna vez miraste hacia atrás en tu vida, y sentiste que ciertos tramos estuvieron tan rodeados de oscuridad que ahora los ves como en cámara lenta, o rodeados de humo o en blanco y negro? ¿Podés identificar los momentos en que estuviste bajo opresión espiritual y en desaliento? ¿Cómo puede Dios intervenir en esas escenas, si clamas a Él?