[Guerra invisible] La guerra es realMuestra

En lugares celestiales

La guerra espiritual es real. No creas lo contrario; hay una guerra en marcha. ¡Podemos mirar a nuestro alrededor y entender que estamos involucrados en una pelea! Basta con mirar las noticias por un segundo: la inestabilidad demente de Rusia, la guerra injusta contra Ucrania, la aparentemente extraña alianza entre el presidente chino Xi y Vladimir Putin de Rusia, y otras crisis globales que se vienen encima.

La guerra contra el terrorismo, que mucha gente piensa que es sólo sobre dinero y petróleo, en realidad es una guerra santa. Isaac e Ismael todavía son el tema aquí. ¿Terminará esa enemistad alguna vez?

O mira la batalla política en Estados Unidos, republicanos contra demócratas, derecha contra izquierda. Algunos piensan que podríamos ver otra guerra civil si la discusión no se calma. Estamos en una guerra.

¿Y qué sobre las guerras culturales en cosas como la sexualidad, el racismo, las armas, el aborto y nuestras fronteras? O mira nuestras discusiones sobre diferentes opiniones. ¿Confiamos en la ciencia o no? ¿Afirmamos que todo se debe a la ciencia hasta que la ciencia no se adecúe a nuestras agendas, ideas o pensamientos? Todo el mundo tiene opiniones que son como la basura que apestan.

Muchas personas participan en guerras en su propia casa sobre género, redes sociales, religión, matrimonio y sobre la misma familia. Día tras día, somos parte de una guerra. Si bien todas estas batallas son legítimamente reales y están sucediendo, son solo un síntoma de una guerra mayor.

Si estás entre aquellos que han entregado su vida a Jesús y claman el Nombre que está por encima de todo nombre, debes alinearte con la perspectiva de Pablo cuando escribió a la iglesia en Éfeso: «Porque nuestra lucha no es contra seres humanos, sino contra poderes, contra autoridades, contra potestades que dominan este mundo de tinieblas, contra fuerzas espirituales malignas en las regiones celestiales». (Efesios 6:12). Este es el lente a través del cual vemos al mundo.

La verdadera guerra está en los lugares celestiales. Todas las micro batallas aquí en la Tierra son solo un síntoma de una mega guerra.

Señor Jesús, por favor ayúdame a verte como mi Comandante y saber que ya has ganado todas las guerras que enfrento. Amén.