[Guerra invisible] La guerra es realMuestra

Declaración

En el 2010, mi esposa y yo atravesamos un par de años por una horrible guerra espiritual, tanto en nuestro ministerio como en nuestra familia. Fue fuerte, agresiva y nos atacó en nuestra propia casa. Habíamos visto la guerra comenzar a desarrollarse años antes. Anazaba y luego retrocedía, pero en el 2008, se manifestó con gran impulso.

Vimos cosas que ni siquiera sabía cómo catalogar en mi propia mente. Crecí en una buena iglesia denominacional, pero algunas de las cosas que vi en esta batalla espiritual no coincidían con mi educación teológica tradicional. Esto me sacudió. Como pastor, descubrí que estaba aprendiendo mientras trabajaba.

Irónicamente, nos dimos cuenta de que desperdiciábamos tiempo y atención en lo que el diablo hacía, y estábamos olvidando que fuimos creados y llamados a exaltar el nombre de Jesús. Jesús es el Nombre sobre todo nombre.

Concentrarse en el diablo es un error. Permíteme aclarar esta falsedad: Jesús y el diablo no son enemigos del mismo nivel. No son idénticos. Dios creó a Satanás, también conocido como Lucifer. Esta verdad nos guió en el 2010; mientras orábamos a través de esa batalla espiritual, finalmente dijimos: «Solo necesitamos declarar la bondad y la grandeza de Dios».

Entonces, en el 2010, el lema de nuestro ministerio se convirtió en Declaración. Eso es lo que hicimos todo ese año. Eso no detuvo la batalla. El enemigo todavía estaba allí, furioso. Pero lidiamos con lo que teníamos que enfrentar, y luego inmediatamente nos dábamos la vuelta y continuábamos exaltando a Dios. Él tiene la victoria.

Por lo tanto, si estás leyendo esto hoy y sabes que estás bajo ataque, anímate. He estado allí. He visto a Jesús dominar al enemigo. Tuve que aprender a mantenerme firme y entregarme completamente a Jesús. Te invito a considerar las verdades de este plan para saber cómo hacer lo mismo.

Padre celestial, gracias por darme la victoria sobre el enemigo de mi alma. Ayúdame a enfocar mi vista en Jesús y en lo que Él logró en la cruz. En su nombre, amén.