Tantos Destinos. ¿A Dónde Ir?Ejemplo

Descanso

Algunos luchamos contra la ansiedad, el pánico, las preocupaciones, las heridas del pasado, el miedo o la incertidumbre. No es fácil para nada. El descanso ni siquiera es una palabra palpable en el día a día y pensamos que eso es lo normal de Dios. Déjame decirte que no es así.

El descanso es la pausa en el trabajo o en otra actividad para recuperar fuerzas; es una ayuda para aliviar la fatiga o los dolores, ya sean físicos, emocionales o espirituales.

Desde el principio, vemos que Dios trabajó arduamente en la creación y descansó en el séptimo día. Más adelante, encontramos que demanda lo mismo al pueblo de Israel (Éxodo 20). Este principio sigue vigente hoy día para nosotros. Evidentemente, vivimos en un mundo activista, en donde quien hace y logra más es el que gana. Por ende, dejamos que lo que hacemos, logramos o vivimos tome un lugar en nuestro corazón y forme nuestra identidad. Pero en ese trajín olvidamos quiénes somos realmente, la esencia y los sueños que llevamos dentro. Otra vez chocamos con un enorme muro y, por lo general, ya no percibimos las puertas abiertas.

Cuando nuestro corazón se encuentra lleno de ansiedad, pánico, preocupaciones, heridas del pasado, miedos o incertidumbre, simplemente, lo privamos de disfrutar del descanso. Descanso no significa que no hagamos nada, pero sí alude a que fijemos nuestra atención en Dios y aprendamos a confiar en que todo está en sus manos.

El activismo en nuestro día a día nos daña y nos desenfoca de nuestro propósito. Por ello, es importante que busquemos momentos a solas con Dios y con nosotros mismos, en donde podamos despojarnos de nuestras cargas, ser llenos de su paz y apoyarnos en sus promesas, a fin de mantenernos enfocados en aquello a lo que fuimos llamados y no perder la pasión de ello.

Además, en el descanso conocemos facetas de Dios y de nosotros mismos que, probablemente, nunca conoceríamos de otra manera. El descanso, aparte de ser algo sumamente necesario, es un mandato de Dios, y para llegar a aquello que anhelamos, como ese sueño, valor o propósito, debemos aprender a soltar ciertas cosas y entender que lo que realmente importa no es cuánto hacemos sino cómo lo hacemos y en quiénes nos transformamos a través de ello.

Piensa y ora

- ¿Tengo un momento en el día para estar a solas con Dios y conmigo mismo?

- ¿Cómo podría implementarlo o mejorarlo?

Referencias bíblicas

Génesis 2:2

Mateo 11:28-30

Filipenses 4:6-7

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