Tantos Destinos. ¿A Dónde Ir?Muestra

El complejo de Jonás

Hay veces en que sabemos muy bien cuál es ese sueño, ese propósito o qué es lo que Dios demanda de nosotros para una temporada específica. Pero como no es lo más cómodo ni lo que se nos ocurriría, simplemente, pasamos a tener el complejo de Jonás. ¿Por qué? Porque no es lo que queremos realmente, no son nuestras verdaderas intenciones y, como si fuera poco, nos saca de nuestro lugar de comodidad.

Jonás fue uno de los profetas más relevantes del Antiguo Testamento, pero tenía un carácter fuerte y poco agradable. Por un lado, obviamente, es entendible, ya que los de Nínive eran personas muy crueles, sangrientas y desalmadas con quienes no eran de su agrado. Sin embargo, Dios los amaba al igual que a Israel y quería darles una oportunidad de volverse nuevamente a Él a través de la vida de Jonás. Pero él le dice “no” a una puerta abierta de Dios y huye de ella, paga su boleto a Tarsis y, solo luego de ciertos sucesos, decide obedecer.

Dios es un Dios de puertas abiertas y de infinitas oportunidades. Cada vez que Dios llama a alguien hay un tire y afloje, luego una decisión. A veces las palabras de Dios son pocas, pero nos cambian la vida completamente porque el sí de Dios es más fuerte que nuestro propio no.

No siempre las puertas abiertas son divertidas o agradables. La falta de amor y el miedo son una de las armas del enemigo para desenfocarnos y alejarnos de las puertas abiertas de Dios. Nínive representa el lugar al que Dios nos llama, pero al que no queremos ir, porque no es seguro, es peligroso y conlleva diversos riesgos. No obstante, el miedo no es la salida, porque fuimos creados para ser valientes, para soñar y luchar por aquel propósito. Es solo que a veces no logramos pasar por las puertas abiertas porque no identificamos que están presentes.

En esta aventura de aprender a identificar las puertas abiertas y escuchar el sí de Dios, debo comenzar orando por ello. Jonás oró estando dentro del pez, pero no debemos esperar tocar fondo para hablar con Dios sobre ello.

Piensa y ora

¿Cuántas puertas abiertas hay a nuestro alrededor?: ¿Alguien que se siente solo, que espera a que lo motiven o que le prestemos atención?

- ¿Sabes cuál es el sí de Dios para tu vida?