JordánMuestra

Pasaje central: Juan 4:14

“Pero el que beba del agua que yo le daré, nunca volverá a tener sed. Porque el agua que yo le daré se convertirá en él en manantial de agua que brotará dándole vida eterna”.

En este pasaje nos encontramos la historia de una mujer samaritana que tenía una religión heredada y profesada. Sin embargo, se encontraba vacía, con problemas de identidad emocionales y relacionales, hasta que llegó una impartición de agua viva.

Tal vez en este momento de tu vida sientas áreas secas en tu matrimonio, familia, trabajo, etc., a pesar de que crees en Dios y asistes con regularidad a un grupo. Hay que entender que siempre necesitaremos un toque de agua viva que vuelva a llenar nuestro tanque espiritual para afrontar nuestras batallas personales.

Más adelante leemos como en el versículo 23 y 24, Jesús remarca la importancia del Espíritu Santo para la vida del creyente; por lo que, ese toque de agua viva del que Cristo le hablaba a la mujer viene como resultado de una búsqueda de Su Espíritu.

¿Puedes creer que Él puede saciar toda tu sed espiritual?