Jesús, El Centro De TodoMuestra
Misericordia
En una ocasión, unos escribas y fariseos le trajeron a Jesús a una mujer sorprendida en adulterio. Estos, con la intención de tentarlo, le preguntaron qué tenían que hacer (porque según la ley había que apedrearla).
Seguro la mujer estaría temblando de miedo, avergonzada por lo que había hecho, pero también preguntándose por qué la habían traído solamente a ella y no al hombre con quien había estado. Estaría sintiéndose discriminada, sucia, culpable e indigna de estar ante Jesús, sin siquiera poder levantar la vista.
Y Jesús, totalmente calmo, le dice la frase que quedó retumbando en cada uno de los que allí estaban: “El que esté libre de pecado que tire la primera piedra”... Y se hizo silencio. Cada uno se fue retirando. Y luego sigue la pregunta del Maestro a la mujer: “¿Alguno te condenó?” y la respuesta tímida de ella: “Ninguno, Señor”. “¡Yo tampoco te condeno!”, fue la sentencia final de piedad que sus labios pronunciaron.
Cuánta compasión, cuánta misericordia, cuánto perdón envolvió a esta mujer y despertó en ella la esperanza de un nuevo comienzo: “Vete y no peques más”. El más puro, el más santo le dio la mano y la levantó de nuevo.
¿Cómo está nuestro corazón hoy? ¿Cerca del de los fariseos o del de Jesús? ¿Cómo miramos al que está luchando con su pecado: con lástima (sintiéndonos superiores) o con compasión (porque nosotros también tenemos lo nuestro)?
Escrituras
Acerca de este Plan
¿Estás viendo que en tu vida, por alguna razón, Jesús ha pasado a ocupar un lugar inferior al que le corresponde? ¿Las obligaciones diarias, el trabajo y otros intereses le han quitado al Señor la centralidad en tu mente y corazón? Te invitamos a meditar a través de distintos textos bíblicos para recuperar tu vida cristocéntrica victoriosa.
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Nos gustaría agradecer a Llegar Alto por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://llegaralto.com/