Jesús, El Centro De TodoMuestra

El que tiene ojos como llamas de fuego

Jesús es descrito en la Palabra de Dios como “Aquel que tiene ojos como llamas de fuego”. Y cuando pensamos en fuego, podemos examinar varios puntos:

• Pasión: Sus ojos arden de amor y pasión por nosotros.
• Consume: cuando se enciende, arrasa con todo alrededor.
• Purifica: los metales más valiosos son pasados por fuego para salir limpios.

Él nos ama tanto que quiere revelarse en todas Sus facetas, y el fuego no puede escapar de quién es Él y Su esencia.

Esos ojos que arden de amor y pasión por nosotros son los ojos que también quieren quemar y consumir todo aquello que nos separa de Él: el pecado en primera instancia, pero también otros amores, que a veces, sin darnos cuenta, ocupan el lugar que Él se merece.

Cuando centramos nuestra mirada en esos ojos que arden, somos encendidos de pasión por Él, y las áreas de nuestras vidas que no se alinean a Su voluntad son consumidas. Además, somos purificados en nuestras intenciones y deseos.

Permitamos que esos ojos hoy nos miren, nos enciendan, nos consuman y purifiquen.