RAQUEL Y LIA

COMPETIR POR EL AMOR DE UN HOMBRE SIEMPRE HA SIDO MALO

¿Recuerdan a Jacob, el hijo favorito de Rebeca, el que engañó a su padre y su hermano y tuvo que irse a vivir lejos de su familia? En su nueva aldea el engañado fue él. El es el protagonista de esta historia junto con dos hermanas llamadas Raquel y Lia. Jacob se enamoró de Raquel, la cual era de hermosa apariencia y la pidió en matrimonio. El suegro aceptó, pero Jacob debía trabajar siete años para ganarse el derecho de casarse con ella. En la noche de bodas y bajo engaños, el suegro le intercambió la mujer por Lia, la hermana mayor. Era costumbre en aquella época que la hermana mayor se casara primero. Para la sorpresa de Jacob cuando se levantó después de la noche de bodas se encontró con una mujer que no era su favorita. El continuó trabajando siete años más para ganarse una vez más el derecho de casarse con Raquel. Eso desató una gran competencia entre estas dos hermanas, quienes trataban de parir muchos hijos para tener ventaja sobre el marido. Tal parece que esa competencia enfermiza era todo lo que ellas tenían en sus mentes y corazones. Jacob tuvo con estas mujeres o las esclavas de estas mujeres, un total de 13 hijos, 12 varones y una mujer. Estos 12 varones fueron las cabezas de las 12 tribus de Israel. Después de tanta lucha, Raquel murió en el parto de uno de sus dos hijos. Sabemos que en tiempos modernos las mujeres siguen cometiendo los mismos errores que hicieron estas hermanas.

De esta historia de competencia entre mujeres podemos aprender lo siguiente:

• No debemos compartir un hombre con otras mujeres. No le hagas a otra mujer lo que no quieres que te hagan a ti o una de tus hijas. Esto es denigrante en una sociedad donde las mujeres estamos hablando sobre nuestros derechos, oportunidades e igualdad. Un hombre debe tener una sola pareja. No te prestes para ser la segunda opción, la otra o la amante de ningún hombre. Sin excepciones, sin excusas.

• No luches sola para restaurar o recuperar el amor de un hombre. Se vale luchar cuando los dos están tratando juntos, pero cuando tú luchas sola es una pérdida de tiempo, es esperar en vano.

• Evita embarazarte solamente para retener un hombre, ya sea que es tu esposo o un novio. Espera por un hombre que te va a considerar su mujer favorita sin necesidad de ser presionado. Es muy triste y sacrificado criar hijos sin la compañía y apoyo de una pareja. Si mantienes tu jardín cerrado (intimidad), ningún picaflor podrá entrar (Cantares 4:12).

• No sigas el calendario que te impone la sociedad a la hora de escoger un esposo. No escojas con prisa a el primer hombre que aparezca en tu camino. Escoger un compañero para la vida es una decisión muy delicada.

• Aléjate de un hombre charlatán que habla mal de sus ex-parejas. También hablará mal de ti.

• Cuídate de la gente que te ve con familiaridad y no respetan ni tus éxitos ni tus fracasos. A veces nuestra familia, amigos, la gente cercana envidian lo que tenemos y lo que hacemos.

Mujer, la vida se compone de muchas áreas y a todas hay que prestarles atención. Dios espera que te desarrolles en otras áreas y que vivas tu propósito… más allá de las parejas y tus hijos. Procura mantener tu mente llena de cosas positivas, actividades, pasatiempos, estudios, etc. Tu propósito de vida no puede ser solamente casarte, tener hijos y retener a algún hombre a tu lado. Eso puede ser parte de tu vida, pero no lo puede ser todo. Espera por un hombre que te trate como a ninguna otra mujer.