JOCABED

LOS SACRIFICIOS DE UNA MADRE NUNCA SERÁN EN VANO

Los sacrificios de esta humilde madre siempre han estado opacados por el gran legado de sus hijos Moisés, Aarón y Miriam. Aunque sabemos que su nombre es Jocabed, ella es mejor conocida como “la mamá de Moisés”. Moisés fue el libertador del pueblo de Israel en Egipto, Dios le entregó los 10 mandamientos y además es el autor de los primeros 5 libros de la Biblia. Maria fue una respetada profetisa, cantora y danzora del pueblo de Israel. Aarón fue el primer sumo sacerdote de Israel y asistía a Moisés en sus tareas con el pueblo. Es fácil perder de perspectiva a la mujer detrás de estos tres pilares de la historia de Israel. Aunque no se sabe mucho sobre ella, lo poco que sabemos dice maravillas de su sabiduría y carácter. Jocabed planificó sabiamente para salvar y proteger a su hijo Moisés de una muerte segura. Aunque Jocabed era casada, su esposo no participó en la intrépida acción que ella llevó a cabo. Por aquellos tiempos en Egipto, donde Jocabed y su familia vivían como esclavos, hubo un decreto para matar a todos los niños judíos. Esta madre y su hija dejaron al niño en una canasta flotando en el río Nilo, pero cerca del palacio a ver si alguien de allí lo rescataba. Ese plan funcionó y Moisés fue rescatado y adoptado por la hija del faraón. Esta mujer contrató a Jocabed para que criara al niño Moisés, sin saber que era su verdadera madre. Dios le regaló la oportunidad de cargar, besar y criar al hijo que había dado en adopción. Jocabed es un ejemplo de una madre ejemplar que se sacrifica por sus hijos, para criarlos bien a pesar de las circunstancias que los rodean y dejando el orgullo de un lado.

De Jocabed podemos aprender que:

• Las madres necesitamos sabiduría divina para resolver asuntos de crianza.

• Las madres podemos darles parte a los hijos mayores en ayudar con algunas tareas con los hermanos menores, pero nunca darles cargas y responsabilidades que solo les corresponden a las madres.

• Debemos ser visionarias para soñar con un mejor porvenir para nuestros hijos.

• A veces los hijos están mejor con otras personas fuera de la familia (Ej. Casos de abuso).

• No somos las únicas que podemos servir de guía y ejemplo a nuestros hijos (Ej. Maestros, tías).

• Debemos permitir que otras personas les den cuidados y cariños (Ej. Madrastras).

• Debemos compartir nuestros hijos con sus padres y otros familiares que deseen tener una relación.

• La adopción es una bendición para el niño y para la familia que lo recibe.

• Los niños crecen, pero siempre recordarán los sacrificios que hicimos como madres.

• Se debe poner el mismo empeño en criar y apoyar cada hijo, aunque unos requieran más cuidados. No siempre podremos “esconder” a nuestros hijos de los peligros del mundo.

A veces nos hacen creer que nuestros hijos serán parte de las estadísticas de uso de drogas, alcohol, cárcel etc. de acuerdo con su raza, su composición familiar o nivel social, pero eso no es cierto. El propósito de Dios cancela todas esas expectativas. Cuando Dios tiene propósito con alguno de nuestros hijos, nos da las herramientas para criarlos de la mejor manera posible. A la misma vez, recomiendo que las mujeres no se olviden de sus propias vidas, sueños y propósitos para dedicarse solamente a ayudar a sus hijos a prosperar. “Mis hijos son mi vida”, a veces quiere decir: “Mis hijos son mi excusa para no hacer lo que tengo que hacer con mi propia vida”. Escojamos ser una mujer de influencia para encaminarlos por el bien, aconsejarlos y encontrarles oportunidades, sin olvidar que también tenemos vidas que vivir. Para las que no son madres, pueden ser como la hija del faraón que se hizo responsable de Moisés, aunque no era su hijo biológico. Puedes extender tu cariño y cuidado a otros niños de tu familia, sobrinos, etc.