MIRIAM

UNA SOLTERA DE POR VIDA

Miriam, la hermana de Moisés también es llamada María en algunas traducciones de la Biblia. A pesar de ser la hermana de Moisés, ella tiene en sus propios méritos. El legado de su hermano no ha podido opacar la influencia de esta mujer en el pueblo de Israel y en la Biblia. Miriam fue una mujer muy polifacética y es una de las pocas mujeres en la Biblia donde podemos seguir su historia desde su niñez hasta su muerte. Su trayectoria en la Biblia es extensa e incluye desde ser una niña esclava que ayudó a su mamá Jocabed a salvar a su hermano Moisés, hasta cuando era una anciana ya libre de esclavitud que participó de la travesía en el desierto hacia la Tierra Prometida. De niña la conocimos como asistente de su madre en la hazaña para salvar a Moisés y como mediadora entre su madre y la hija del faraón para asegurar el cuidado de Moisés. Sus acciones demuestran liderazgo y compromiso desde muy temprana edad. También conocemos a Miriam como profetisa, danzora y cantora. Ella fue la líder de mujeres del pueblo de Israel y gozaba de estima y respeto entre todo el pueblo. Debemos recalcar que Miriam era soltera. La Biblia no especifica si ella se casó o tuvo hijos, por lo que se entiende que ella nunca se casó. Uno de los momentos mas celebres de esta mujer fue durante la travesía hacia Tierra Prometida, luego que Dios permitió que los israelitas cruzaron el Mar Rojo. Ella lideró a las mujeres en cantos y bailes para alabar a Dios por ese milagro. Ella no era una mujer perfecta. En una ocasión se atrevió, junto con su hermano Aarón, a criticar la administración de Moisés sobre el pueblo de Israel y también murmuró sobre la etnicidad de la mujer que Moisés escogió en matrimonio. María también se reveló contra Moisés cuestionando el porqué Dios solo le hablaba a Moisés. A Dios no le gustó que ella estuviera murmurando estas cosas sobre su escogido Moisés y le dio lepra como castigo. Ella fue obligada a abandonar la seguridad de su campamento en donde estaba con su familia y fue apartada para evitar que contagiara a otros con lepra. Los israelitas permanecieron en el mismo lugar y no continuaron su marcha hasta luego de siete días, cuando Miriam obtuvo el milagro de curarse de lepra. Con eso quedó demostrando que ella era muy respetada y querida. Ella murió de camino hacia la Tierra Prometida. Su legado todavía se percibe en las iglesias, en el liderazgo de mujeres, en los grupos de alabanza y también en los grupos de danza. Además, ella es un gran ejemplo de una líder ministerial soltera.

De Miriam podemos aprender que:

• La soltería es aceptable, no le digamos nombres despectivos a las mujeres que decidieron quedarse solteras.

• Una mujer soltera puede gozar de buena fama, influencia, prestigio y respeto.

• Dios acepta que mujeres solteras se desarrollen en el liderazgo en la iglesia.

• Podemos asistir en la crianza de nuestros hermanos y familiares.

• No debemos opinar sobre las relaciones matrimoniales de nuestros hermanos y familiares (salvo en caso de abuso).

• No debemos cuestionar la autoridad de las personas que Dios ha llamado al liderazgo.

• Las mujeres se benefician al compartir y apoyarse.

• La familiaridad no nos permite ver el potencial de miembros de nuestra familia. “Ese es mi hermano, lo vi nacer".

• Dios nos da diferentes talentos y nos usa de diferentes maneras. No debemos codiciar los talentos de otros.

• No es apropiado querer apoderarse de la influencia de otras personas.

• Murmurar nunca lleva a nada bueno (Proverbios 25:23.

• Podemos ayudar y estar activas en liderazgo desde la juventud hasta la vejez.

Miriam es un gran ejemplo para las mujeres sin marido que desean ser llamadas y usadas por Dios. Muchas veces les hacen creer que necesitan un esposo para estar “completas” y poder servir en el ministerio. Esta mujer no necesitó ni marido ni hijos para sentirse realizada, útil y respetada. Al igual que Miriam, debemos aspirar a vivir plenamente siendo de influencia en nuestra familia, comunidad, iglesia y nación. Para destacarte, tener marido es opcional.