El Dios que RestauraMuestra

El Rey Viene

Lectura: Isaías 11—12

Devocional: Isaías 11:10 NVI

"En aquel día se alzará la raíz de Isaí como estandarte de los pueblos; hacia él correrán las naciones, y glorioso será el lugar donde repose".

En el texto

El mundo a menudo nos envía mensajes contradictorios, especialmente durante la época navideña. A veces escuchamos: "Necesitas esto nuevo para ser feliz". Otras veces el mundo nos dice que todo lo que necesitamos es amor, pertenencia y un poco de "magia". Oímos mensajes sobre ser agradecidas reconociendo todo lo bueno que nos rodea, y que no debemos centrarnos en lo malo sino en lo positivo.

De hecho, tenemos mucho por lo que estar agradecidas. Aunque Dios nos manda ser agradecidas, no nos exige que ignoremos el dolor y la tristeza. Las Escrituras están llenas de recordatorios de nuestro quebranto y de nuestra desesperada necesidad de un Salvador. A la luz de esto, las palabras de Isaías deberían traernos consuelo y paz.

Puede que el quebrantamiento y la desesperación exista a nuestro alrededor, pero nuestro Rey viene. No es retenido por los gobiernos, pueblos, poderes u oscuridad. Es un Rey poderoso que se presenta ante las naciones y gobierna con paz. Él será un gobernante justo, nos dará una nueva naturaleza, y toda la tierra será Su hogar. Esperamos desesperadamente Su llegada.

Nuestro Salvador, nuestro Rey, ha venido antes. Vino a la tierra como un bebé, humillándose y sometiéndose a la forma humana, muriendo en una cruz como sacrificio por los pecados del mundo. Jesús no vino como rey, sino como siervo, y promete volver. En ese momento, vendrá como Rey reinante. Él reparará las rupturas del mundo, restaurará lo que se perdió y nos sanará en todos los sentidos.

Esta temporada navideña, mientras luchamos contra las mentiras del mundo, recordemos lo que es verdad. No caigamos en el engaño de que el mundo puede darnos lo que necesitamos: anhelamos lo que está por venir. Anhelamos el regreso de nuestro Rey, el Santo de Israel. Él establecerá la justicia, la paz y la alegría. Podemos regocijarnos en Su venida mientras esperamos con gran expectación.