Ven y siéntate conmigoMuestra
Dios nunca tuvo la intención de que lleváramos la carga de cambiar la opinión de otras personas sobre nosotros. Él nunca tuvo la intención de que seamos responsables del equipaje emocional, el pecado y las heridas de otras personas.
Tuve que aprender a crear límites saludables, y tuve que pedirle a Dios valor para decir la verdad a las personas tóxicas en mi vida. Esto no fue fácil para mí. Tal vez, tampoco sea fácil para ti. Mi padre se fue cuando yo tenía siete años. Mi madre no era una persona cariñosa. Era verbal y emocionalmente abusiva, siempre haciéndome cuestionar mis elecciones. La forma en que mi madre me controlaba me hacía sentir culpable, así que para demostrarle mi amor, tenía que hacer X, Y y Z.
Pero, tengo un amoroso Padre celestial que está reescribiendo esos guiones. Gracias a Jesús, no tengo que quedarme estancada en los patrones dolorosos y destructivos de mi pasado. Jesús nos encuentra donde estamos y nos invita a una nueva vida en Él.
En mi viaje de sanación, reconocí todas las formas en que repetía el patrón poco saludable y arraigado de tratar de apaciguar a las personas tóxicas. Creí incorrectamente que si podía amarlos y cuidarlos más o ser más amable con ellos, entonces dejarían de ser tóxicos. No puedes cambiar a otra persona, pero puedes aprender formas saludables de manejar las relaciones difíciles.
Aquí hay cinco consejos para lidiar con personas tóxicas:
1. No te quedes callado. Tú importas. Cuéntale a alguien sobre la persona tóxica en tu vida.
No es tu trabajo proteger a la persona tóxica que te ha lastimado. Necesitas protegerte. Eres digno de ser amado. El primer paso para protegerte es decir la verdad. Has tratado con todas tus fuerzas de proteger a esa persona que te está hiriendo o te ha herido. Pero sufrir en silencio no es lo que nuestro amoroso Salvador quiere para ti.
2. Crea límites. Incluso si te sientes culpable, no significa que seas culpable.
La persona tóxica quiere ejercer control sobre la narrativa de tu relación y tu vida a través de sus palabras o comportamiento. Cuando crees límites, se molestarán y dirán cosas que te harán sentir culpable para mantenerte dentro de la caja de tus miedos, inacción y silencio. El hecho de que una persona tóxica te acuse de ser indiferente, demasiado sensible o egoísta no significa que sea cierto. No necesitas justificar tus límites. Tienes libertad para establecer límites para proteger tu bienestar.
3. Recluta apoyo y simula conversaciones.
Ser asertivo y hablar por ti mismo con una persona tóxica es una experiencia nueva, extraña y aterradora si nunca te han dado permiso para hacerlo. ¿No estás seguro de qué decir o por dónde empezar? Está bien. No seas tímido para pedirle a un amigo cariñoso que te ayude a escribir un guion y dramatizar la conversación sobre los límites contigo. Todos necesitamos práctica y apoyo para crear nuevos patrones de relación. Eso es lo que tuve que hacer.
4. Limita el tiempo que pasas con personas tóxicas.
Las personas que son emocionalmente tóxicas son muy buenas para la intimidación, la manipulación y hacer luz de gas, así que sé amable contigo mismo. Es fácil sentirse confundido, ansioso y asustado, o congelarse cuando te relacionas con una persona tóxica; así que limita el tiempo que pasas con ella. Cuando las conversaciones se vuelvan abrumadoras, apégate a decir lo que hicieron o dijeron, cómo te hace sentir y qué acción tomarás y los cambios que harás. No le pidas permiso a la persona tóxica para realizar estos cambios. No estás buscando un acuerdo. Estás comunicando tus límites.
5. Llorar la muerte de las expectativas y los sueños.
Tuve que llorar la muerte de mis expectativas y sueños de la amiga, mentora y madre ideal que anhelaba para poder convertirme en la hija de un amoroso Padre celestial. Es importante para Dios que confiemos en Él con la verdad, incluso si duele. Experimentamos un poderoso descanso cuando le damos a Dios las cargas que nunca debimos llevar.
La gente, a veces, me pregunta si he perdonado a mi madre por las décadas de abuso verbal y emocional. He hecho el arduo trabajo de duelo y sanación. He perdonado a mi madre. Ella fue toda mi vida, y la amo más de lo que nadie puede entender.
Mientras que el perdón requiere una persona, la reconciliación requiere dos. Amar a nuestro padre, cónyuge, amigo, mentor o pastor no significa abrir fronteras a la toxicidad, el miedo, la intimidación o la manipulación. Podemos comenzar a tomar diferentes decisiones que sean saludables para nosotros y que rompan viejos patrones dañinos. Podemos dejar de ser facilitadores de personas que nos hacen daño en nuestras vidas para que ellos también puedan enfrentar la verdad de su quebrantamiento con Dios.
-por Bonnie Gray
Escrituras
Acerca de este Plan
Ser humano es difícil. Relacionarse con otros seres humanos es todavía más difícil. Cuando tenemos que lidiar con diferencias políticas o religiosas, con personas tóxicas o con la falta de perdón hacia nosostros mismos, ¿cómo manjemos las luchas de las que nadie quiere hablar? Ven y Siéntate Conmigo te enseñará cómo puedes crecer cerca de Dios y de los demás en circunstancias de las que preferirías huir. Descubre la esperanza y libertad que resulta cuando aprendes a disfrutar tus diferencias, amar a través de los desacuerdos, e incluso a vivir en medio de la inconformidad.
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