Ven y siéntate conmigoMuestra
En las instrucciones que Pablo nos da en Colosenses 3 para amar bien, no dice en ninguna parte que nos alejemos de los que no están de acuerdo con nosotros. Tampoco dice que evitemos a los demás o que nos encerremos en un cuarto donde solo podamos oír el eco de nuestro propio punto de vista y opiniones. No dice que bloqueemos o dejemos de ser amigos o cancelemos o descontemos a otras personas. En lugar de eso, nos llama a perdonar, a ser compasivos, a ser pacientes y a "soportarnos unos a otros". En el griego original, esa pequeña frase no significa simplemente soportar o tolerar a los demás. Significa tener paciencia y hasta sufrir.
Soportarnos los unos a los otros puede provocarnos sufrimiento, ¿no crees? Sin embargo, este es el modo de Jesucristo. Somos llamados a sentarnos tan cerca de los demás que puedan alcanzarnos y herirnos. Eso es exactamente lo que hizo Jesús. Mantuvo a Su traidor tan cerca que pudo darle un pedazo de pan.
Si no encontramos ese camino, nos arriesgamos a sentarnos solos a la mesa.
Si necesitamos que en nuestra iglesia todos estén de acuerdo con nosotros sobre cada tema, nuestra iglesia solo tendrá un miembro.
Si necesitamos estar de acuerdo con nuestro vecino en todos los temas, viviremos en un vecindario con un solo habitante. Un club de lectura de uno. Un estudio bíblico de uno. Una sala de estar con una persona. Una familia de uno.
Vamos a estar sentados solos durante las celebraciones de Acción de Gracias y Navidad y hasta en la mesa de la Comunión, donde Jesús nos llama a "tomar y comer". Una mesa para uno.
Sé lo incómodo que es. Cada época de elecciones, cada noticia, cada evento político tiene el potencial de encender los fuegos pirotécnicos en mi propia casa, y no los bonitos, sino los explosivos que provocan taparte los oídos y buscar refugio.
Scott y yo nos casamos sabiendo que no siempre estaríamos de acuerdo. Pero nos casamos de todas maneras porque: amamos el "nosotros" más de lo que odiamos nuestras diferencias.
Comprendo que es muy difícil, pero el silencio no funciona (como tampoco funciona gritar en Facebook). Sé de amigos que no han hablado en más de un año por desacuerdos sobre eventos recientes. Estos amigos se sentaban a la mesa juntos, iban de vacaciones juntos, adoraban a Dios juntos. Los días se convirtieron en meses y los meses en años, y la brecha seguirá creciendo si no resuelven el tema.
Tal vez, podemos probar esto en su lugar.
En lugar de dejar de ser amigos de nuestro compañero de cuarto de la universidad por hablar incansablemente sobre un tema, usa el botón "Me gusta" de Facebook para hacerle saber que te gustó la foto de su hijo cuando obtuvo su licencia de conducir.
En lugar de discutir con tu padre sobre quién se merece tu voto, escucha lo que ha estado pensando. (¡Podemos escuchar sin estar de acuerdo y disfrutar de la cena de Acción de Gracias!)
Esto no significa que los temas calientes no sean importantes. Lo son, pero si nuestras diferencias crean una mentalidad de todo o nada, estamos perdiendo. Así que, en lugar de enfocarnos en todo lo que nos divide, encontremos puntos de conexión. Puede que no estemos de acuerdo en la forma en que nuestro vecino corrige a sus hijos, pero cuando los conocemos, nos podríamos dar cuenta de que a ambos nos encanta la ficción histórica y el sushi
Comprendo que el sushi no salvará el mundo. Pero como dice la vieja canción: "Que se haga la paz en la tierra, y dejar que comience conmigo".
Y contigo. Aquí mismo, en nuestra mesa para dos.
-por Jennifer Dukes Lee
Escrituras
Acerca de este Plan
Ser humano es difícil. Relacionarse con otros seres humanos es todavía más difícil. Cuando tenemos que lidiar con diferencias políticas o religiosas, con personas tóxicas o con la falta de perdón hacia nosostros mismos, ¿cómo manjemos las luchas de las que nadie quiere hablar? Ven y Siéntate Conmigo te enseñará cómo puedes crecer cerca de Dios y de los demás en circunstancias de las que preferirías huir. Descubre la esperanza y libertad que resulta cuando aprendes a disfrutar tus diferencias, amar a través de los desacuerdos, e incluso a vivir en medio de la inconformidad.
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