Él nos entiende: #3 Preguntas Que Jesús HacíaMuestra
¿Quién me ha tocado?
Que uno pueda estar solo en una multitud es algo que no esperamos. Nos unimos a un grupo para estar con la gente, y sin embargo, la soledad te hace ver el vacío que la gente no puede llenar.
Hubo una época en la que Jesús atraía multitudes a donde fuese. Más que todo porque la gente clamaba que hiciera algún truco increíble. En vez de esto, Jesús quería que lo escucharan y le creyeran.
Un día, cuando alguien estaba sacando a Jesús de la multitud para que ayudara a su hija enferma, había una mujer en la multitud que llevaba enferma doce años. Tenía algún tipo de cáncer incurable y estaba dispuesta a hacer lo que fuera para sentirse mejor. Ningún doctor había podido ayudarla; ya había ido con todos. Nadie quiere estar cerca de ti cuando estás enfermo. Hay una soledad que está presente en aquellos críticamente enfermos. Pero esta cultura llevó a otro nivel esa soledad. Le llamaban «sucia» a una persona enferma. No se te permitía tocar a nadie ni que nadie te tocara. No podías vivir en tu casa ni comer con tu familia. Esta mujer había vivido alejada de quienes amaba por más de una década.
Ese día, estaba sentada a la orilla de la calle exhausta, humillada y olvidada.
Y ahí es cuando Jesús pasó.
Todo lo que ella hizo fue extender su mano y agarrar los flequillos del manto de oración de Jesús. Inmediatamente su cuerpo se llenó de una vida colorida y eléctrica. Sorprendido, Jesús se volteó y rápidamente preguntó:
—¿Quién me ha tocado?
Cuando la vio, se detuvo y sonrió.
—Hija, tu fe te ha salvado; vete en paz.
¿Escuchaste bien eso? Él la llamó hija. Había sido una eternidad desde que alguien le hablara tan tiernamente. Y Él le deseó shalom: esa integridad de la vida que ella había perdido por tanto tiempo y que probablemente no había tenido jamás.
Fue tan solo un breve instante, pero ella ya no estaba sola. No era invisible ni estaba perdida entre la multitud. Tampoco estaba sola en su dolor. Jesús tocó ese espacio vacío en ella y lo llenó.
Siguiente: Jesús sabe todo sobre el miedo.
Escrituras
Acerca de este Plan
Parecía que todos tenían alguna pregunta para Jesús. Pero, Jesús también tenía Sus propias preguntas: preguntas para las que no siempre tenía respuestas. Mientras caminaba y hablaba con gente igual que nosotros, Él hacía muchas preguntas. Veremos de cerca algunas de ellas en los próximos días, incluyendo aquellas que Él nos quiere preguntar.
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Nos gustaría agradecer a HeGetsUs.com por proporcionar este plan. Para mayor información por favor visite: https://hegetsus.com/