Un Dia MejorMuestra

¿A quién invitarás?

No cabe duda de que la vida resulta más gratificante cuando tenemos ilusión por algo. Cuando llegan las vacaciones o se celebra un acontecimiento especial, todo se vuelve más emocionante; y así debería ser: ¡Dios quiere que disfrutemos de todas las bendiciones! Sin embargo, independientemente de lo que estés esperando, nunca olvides esta verdad; los placeres de la vida se presentan, nos hacen felices durante un tiempo, y de repente ya no están.

Hay que buscar algo mejor, algo que perdure. Ahora, gracias a Jesús, podemos lograr el máximo nivel de gozo, paz, sanación y satisfacción. Además, contamos con la promesa de una maravillosa eternidad disfrutando de la presencia de Dios cara a cara.

Seremos restaurados por completo.

Todas nuestras lágrimas serán enjugadas.

Nuestros cuerpos serán diferentes.

Todo nuestro dolor y sufrimiento habrá acabado.

Nos sentiremos plenos en todos los sentidos.

No habrá más pecados ni penas.

Viviremos en la luz del Señor.

Nos reuniremos con los que hemos perdido.

¡Adoraremos juntos al Señor para siempre!

Romanos 8 dice que estamos en un proceso de sufrimiento, junto con toda la creación, como los dolores de parto. Es un proceso doloroso mientras esperamos la gloria futura que se nos prometió. Si bien es cierto que ya gozamos de una muestra de dicha gloria a través del Espíritu Santo, anhelamos que llegue el día en que la disfrutemos plenamente. ¿Cuánto tiempo tenemos que esperar, Señor?

En 2 Pedro 3:9, la Biblia nos dice que, en realidad, el Señor no tarda en cumplir su promesa. Está siendo paciente por nuestro bien, para que se salve la mayor cantidad de gente posible. Dice que no quiere que nadie se pierda, sino que quiere que todos se arrepientan. Dios nos está dando más tiempo por un motivo. Nos está dando la oportunidad de compartir nuestra esperanza, o sea, compartirlo a Él, con todas las personas que podamos.

Nuestra máxima esperanza es estar con Dios en la vida venidera. Sin embargo, ¡el tiempo presente también importa! Las relaciones que establecemos con la familia y los amigos son importantes. Este es el momento en el que podemos elegir compartir la esperanza de Dios con los demás. Acuérdate de que no necesitas utilizar frases complicadas ni una formación especial para contarle a la gente sobre Jesús. Basta con que hables desde el corazón y les cuentes lo que Él hizo por ti.

Cuando llegue al cielo, quiero que todas las personas que amo estén allí conmigo. ¡Quiero que la mayor cantidad de gente posible pueda acompañarme en esa celebración gloriosa e interminable! ¡Será como el mejor festejo, en el que adoraremos juntos a Dios para siempre! En este momento tienes la oportunidad de asegurarte de que toda la gente que te rodea sepa que está invitada a la fiesta. Los brazos de Dios están abiertos. ¿Quieres guiarlos hacia allí?

Oremos...

Dios, este mundo está tan quebrantado. Mientras esperamos ansiosamente que llegue un día mejor, eres tú quien nos sostiene. Día tras día, nos regalas una vida abundante, incluso en medio de las tormentas de la vida. Señor, ayúdanos a compartir lo que tenemos con todos los que lo quieran escuchar. La esperanza del cielo comienza ahora, y es contagiosa. Te pedimos que, por tu gracia, seamos capaces de conducir a muchas personas que nos acompañen a la gloria. Amén.

Todos conocemos a alguien que necesita la esperanza de un día mejor. Creamos estos videos para ayudarte a entablar una conversación, ¡que podría cambiar su vida y su eternidad!