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Si no hay raíces, no hay fruto

A la hora de sembrar, tan importante como tener la semilla es tener la tierra correcta. Jesús nos habla en esta parábola sobre la importancia de la tierra en donde cae la semilla, la que cae en buena tierra da mucho fruto, mientras los otros ejemplos no corren con la misma suerte.

Ahora bien, ¿por qué es importante que tengamos raíces profundas y fuertes en el lugar donde fuimos plantados? Tengo 2 razones importantes que voy a exponer, pero antes quizás te preguntas: “¿Cómo que fui plantado?”. Déjeme decirle que sí, tú fuiste plantado como una semilla para que lleves fruto abundante, ¿dónde fuiste plantado? En tu iglesia local. El lugar donde Jesús quiere verlo dar fruto, porque ahí fue plantado y el propósito de una semilla es precisamente esa, dar fruto.

La razón numero uno de porque es importante tener raíces profundas, es que un árbol que no tiene raíces profundas es muy probable que se caiga en la tormenta. Si te mantienes fuera del lugar donde Dios te plantó, probablemente no puedas resistir una fuerte tormenta, para resistir la tormenta hacen falta raíces profundas. Para tener raíces profundas hay un factor importante, el tiempo, es con el tiempo que permanecemos en la iglesia local que nuestras raíces se hacen más y más grandes, permanecer en tu iglesia es clave para dar fruto.

La razón numero dos es que las raíces son claves para el alimento del árbol, aunque superficialmente no vemos las raíces, en la profundidad hay un trabajo de alimentación interna para que el árbol pueda dar un buen fruto. Así mismo, cuando ponemos raíces profundas en nuestra iglesia local nuestro fruto puede ser abundante gracias a que la raiz se encarga de eso en las profundidades del corazón de Dios.

Oremos:

“Jesús, gracias por el lugar donde me plantaste, quiero dar fruto abundante y entiendo hoy que permaneciendo en mi iglesia local lograré tener raíces profundas que me ayudarán a resistir y dar mucho fruto, amen”.