Lecciones en El DesiertoMuestra

Entrenamiento en la construcción de la resistencia.

Otro propósito del entrenamiento es desarrollar resistencia. Cualquier atleta es entrenado por sus entrenadores con el fin de que su cuerpo tenga resistencia para durar no solo el período de entrenamiento, sino también para cada competición en la que participe en el futuro.

Nosotros no somos diferentes como seguidores de Cristo. La temporada del desierto nos entrena para el largo plazo, no solo para el presente. Nos entrena para las próximas temporadas de crecimiento al construir la resistencia dentro de nosotros. Esto puede parecer prematuro porque mientras estamos en el desierto estamos tan atrapados en nuestras luchas diarias que nos olvidamos de tener una visión a largo plazo. Es importante recordar que el desierto no dura para siempre. Cuando Dios complete Su obra en nosotros para esta temporada, nos facilita la siguiente. Para que podamos perseverar y progresar en nuestros viajes posteriores, necesitamos una resistencia arraigada en nuestro interior. El desierto hace precisamente eso.

Cuando estás esperando lo que parece una eternidad, empiezas a desarrollar una fe que es resistente. Es una fe que no se rinde porque sabes en tus entrañas que Dios está tramando algo. Cuando te sientes rodeado, empiezas a mirar hacia arriba porque no tienes ninguna otra opción viable. Cuando sientes que las palabras no hacen justicia a tu situación empiezas a adorar con tu voz. Ves como las duras condiciones empiezan a moldear tu ser interior. Ya no esperas con desgano ni te compadeces de ti mismo, sino que te tomas cada día como viene, con calma, con una canción en los labios y esperanza en el corazón. Aprendes a dar las gracias por los pequeños milagros que te salpican en el camino, incluso cuando sientes que los nubarrones amenazan con estallar sobre ti. Permaneces alegremente tranquilo incluso en los momentos de incertidumbre, sabiendo que Dios tiene un plan para todo.

La resistencia que se construye en esta temporada la llevarás por el resto de tu vida mientras sigues a Jesús. La vida no será fácil, pero será satisfactoria gracias a una fe perdurable que creció en el suelo de la adversidad.