Reinventando Mi CarácterMuestra

Con un solo toque de amor de Jesús

A través de leer la Palabra de Dios, he podido ver la importancia que tiene cuando Jesús nos toca de manera personal.

Por eso es importante que escudriñes tu corazón y tus pensamientos porque tal vez solo ves una parte de tus necesidades. Posiblemente, solo ves las necesidades físicas, cuando puedes tener más fuertes tus necesidades emocionales, están más arraigadas, con unas raíces de amargura fuertes, con una tristeza que aun no entiendes a qué se debe, con un estrés que te trae gritando a toda la gente o una frustración que no has podido entender ante las derrotas de la vida.

Frustración porque sientes que no eres importante para los demás. Sientes que tu familia no te respeta, en fin, frustración hasta de sentir que Dios no contesta tus oraciones, y pones lo que quieres por encima de la voluntad y soberanía de Él, dejando de ver y sobretodas las cosas que Dios es Dios.

Es impresionante, lo que esta palabra puede enseñarnos. Observa los versículos de este día: Los hombres piden con fe, Jesús se compadece y Jesús los toca y cosas grandes suceden. Si hoy pudieras pedir que te toque, ¿que le pedirías? Que te de perdón para los que te han ofendido, que te de más amor para el necesitado, o pedirías salud o dinero. Me queda claro que pedimos lo que necesitamos, pero no veas solo tu cuerpo, también siente tu corazón, analiza tu espíritu.

Suena sencillo. Sin embargo, no sé donde está lo complicado, si el saber reconocer que necesitamos a Jesús o el desarrollar la habilidad de conocernos a nosotros mismos, y con ello, desarrollar la fe para que podamos buscar esa compasión de Jesús.

Porque de algo estoy convencida: Cuando Jesús toca al enfermo, este sana. Cuando Jesús toca al ciego, este ve. Cuando Jesús toca al mudo, este habla. Cuando Jesús toca al deprimido, se alegra. Cuando Jesús toca al inseguro, le crea confianza. Cuando Jesús toca el enojo, brinda perdón. Cuando Jesús nos toca, nos transforma. ¡Cuando Jesús te renueva te sientes libre!

Ora por tu salud: en tus emociones, en tu espíritu y en tu cuerpo.