Eligiendo a Dios en Lugar De Las Cosas Del MundoMuestra

Lectura: Génesis 46:31—47:27; Proverbios 8:12–17

EOAO: Proverbios 8:15–17

“Por mí reinan los reyes, y los príncipes ejercen la justicia. Por mí dominan los príncipes, y los gobernadores juzgan la tierra. Yo amo a los que me aman, y me hallan los que temprano me buscan".

En el Texto

Cuando la familia de Jacob emigró a Egipto, José dio a su padre y a sus hermanos instrucciones específicas. Debían acercarse al Faraón con honor y presentarse de la manera más favorable. Mostraron gran respeto por el Faraón y su autoridad, humillándose ante él. El Faraón les mostró su favor dándoles las mejores tierras de la región. Gracias a ello, José pudo proveer de alimentos a su familia en una época de gran hambruna.

Así como el Faraón bendijo a José y a su familia, José bendijo al Faraón. José salvó muchas vidas en una situación difícil. Permitió que la gente vendiera su ganado, su trabajo y sus tierras al Faraón a cambio de alimentos. A través de esto, el Faraón se volvió muy rico. Prosperó porque había bendecido a Jacob y a su familia, el pueblo elegido por Dios.

Dios aseguró la supervivencia de su familia elegida gracias a la sabiduría de José. A lo largo de su vida, José eligió continuamente las cosas de Dios, actuando con una sabiduría superior a su edad. Incluso desde la primera acción registrada con respecto a los rebaños de su padre, José actuó con sabiduría. Dios utilizó todas las circunstancias de la vida de José para desarrollar la sabiduría en él, su líder elegido. Mientras cuidaba los rebaños de su padre, administraba la casa de Potifar, interpretaba sueños y salvaba a una nación y a su propia familia de la extinción, José mostró sabiduría, pasó su vida buscando la sabiduría de Dios y, cuando más importaba, la sabiduría que obtuvo le ayudó a salvar muchas vidas.

José sería un modelo para los reyes y líderes venideros. Su liderazgo fue un ejemplo para la nación de Israel de cómo dirigir con la sabiduría de Dios. Si el pueblo elegido por Dios iba a sobrevivir, sus líderes debían servir y dirigir con gran sabiduría.

Hoy en día, la vida de José sigue siendo un ejemplo tanto para los que ocupan puestos de liderazgo como para los que se someten a su autoridad. Los líderes deben buscar continuamente la sabiduría de Dios y permitirle dirigir sus pasos. Del mismo modo, como pueblo de Dios, debemos someternos a las autoridades que Dios ha designado, ya sean líderes nacionales como el Faraón, o líderes de nuestra iglesia local. Los que dirigen con sabiduría encontrarán ciertamente la bendición de Dios, y los que se humillan ante los líderes elegidos por Dios encontrarán vida y paz.