Eligiendo a Dios en Lugar De Las Cosas Del MundoMuestra

Lectura: Génesis 25:19–26; Isaías 43:1

EOAO: Isaías 43:1

“Ahora, así dice el Señor,Creador tuyo, Jacob,y Formador tuyo, Israel: No temas, porque yo te redimí; te puse nombre, mío eres tú".

En el Texto

El libro de Génesis nos ofrece un relato de la creación de la tierra y del plan de redención de Dios. El pecado entró en el mundo (Génesis 3), trayendo muchas consecuencias para la humanidad. Dios prometió redimir al mundo del pecado y sus efectos enviando un libertador, uno que destruiría al enemigo y la maldición del pecado de una vez por todas.

Dios se valió de una familia para traer a Su Hijo, Jesús, al mundo y proporcionar la redención a la humanidad. Esa familia comenzó con un hombre llamado Abram (posteriormente llamado Abraham). Dios prometió hacer de él una gran nación, dar a sus descendientes una tierra propia y bendecir al mundo a través de su familia. Aunque Abram no vio cumplidas estas promesas en su vida, Dios continuó con Sus propósitos a través de los descendientes de Abram. En este estudio, nos centraremos en la vida de Jacob, nieto de Abraham, y su familia. Aunque Jacob no era el primogénito, Dios lo escogió para ser aquel a través del cual Él cumpliría Sus promesas.

La historia de Jacob comienza en el vientre materno, cuando luchaba con su hermano Esaú. Cuando Jacob nació, se agarró al talón de Esaú. Le pusieron el nombre de Jacob, una palabra similar a otra hebrea que significa "agarrar el talón, hacer tropezar, engañar". Jacob se agarró literalmente del talón de Esaú al nacer y fue conocido por la forma en que figurativamente agarró los talones de otros a través del engaño durante gran parte de su vida. A medida que estudiemos la vida de Jacob, veremos todas las formas en que engañó a otros para beneficio personal, tanto por egoísmo como por miedo.

Dios sabía todo lo que Jacob haría en su vida, y aun así lo eligió para ser el heredero de Su gran promesa. Él sabía que Jacob sería un engañador. También sabía que vacilaría en su fe y que a menudo elegiría las cosas del mundo en lugar de las de Dios. Él además sabía que Jacob ejercería una gran fe, Lo adoraría, Lo seguiría, y que sería el padre de la nación elegida por Dios.

Dios eligió a un hombre imperfecto, conocido por el engaño, y cumplió Su gran promesa para el mundo a través de su familia. A medida que se desarrollan los acontecimientos de la vida de Jacobo a lo largo de nuestro estudio, se nos recuerda esta verdad: Dios siempre cumple Sus promesas. Él nos conoce íntimamente, nos formó por completo y nos ama profundamente. Dios desea nuestra obediencia y nuestra fe, pero nada puede frustrar Sus propósitos ni impedir que cumpla Sus promesas.