Eligiendo a Dios en Lugar De Las Cosas Del MundoMuestra

Lectura: Génesis 28:10–22

EOAO: Génesis 28:15

“Como yo estoy contigo, te guardaré dondequiera que vayas y volveré a traerte a esta tierra, porque no te dejaré hasta que haya hecho lo que te he dicho".

En el Texto

Jacob había engañado a su padre y a su hermano. Aunque su padre también lo había bendecido, Esaú todavía estaba enojado con Jacob, por lo que este rápidamente se convirtió en un fugitivo a causa de su pecado. Cuando emprendió su viaje, tanto para encontrar una esposa como para escapar de la ira de su hermano, las palabras de despedida de su padre confirmaron la bendición y la promesa de Dios.

Mientras viajaba, Jacob llegó a cierto lugar y acampó para pasar la noche. Aunque inicialmente el lugar parecía no tener importancia, se convirtió en un lugar santo para Jacob y sus descendientes. Fue en este lugar donde comenzó el viaje de fe de Jacob.

Dios se le apareció en un sueño, revelándose a Sí mismo y Sus promesas. Dios le dio a Jacob la misma promesa específica que le había dado a su padre y a su abuelo: tendría muchos descendientes, recibiría la tierra y todas las familias de la tierra serían bendecidas a través de él. Dios prometió estar con Jacobo, para protegerlo y nunca lo abandonaría.

Cuando Jacob se despertó, reconoció el encuentro divino. Reconoció la presencia de Dios y la santidad del lugar. Jacob llamó al lugar Betel. El lugar donde descansó fue un pueblo llamado Luz, pero Jacob le cambió el nombre. Como muchos lugares involucrados en la promesa de Dios, este lugar fue renombrado porque marcó un punto de inflexión significativo en el cumplimiento de la promesa. Fue aquí que el Señor se convirtió en el Dios de Jacob y Jacob juró adorarlo.

El viaje de fe de Jacob estuvo lleno de importantes puntos de inflexión. Aquí, la presencia de Dios convirtió a un fugitivo en un adorador. Un hombre de engaño se convirtió en un hombre de fe (aunque lucharía con este pecado durante muchos años). No sería la última vez que Jacob tendría un encuentro a medianoche con Dios que cambiaría su vida. Jacob juró recordar este momento y este lugar marcando el lugar con una piedra.

La presencia de Dios llenó el lugar donde estaba Jacob. Este no había hecho nada para merecerse el favor de Dios. Dios lo escogió y continuó buscándolo, y Jacob respondió en adoración. Cuando nos encontramos con la presencia de Dios a través de Su Palabra, nos debería llevar a adorarle. No necesitamos esperar un encuentro de medianoche para experimentar la presencia de Dios. Si somos seguidoras de Cristo, podemos experimentar la presencia de Dios y la seguridad de Sus promesas todos los días a través de Su Palabra y Su Espíritu Santo. Él está con nosotras como lo estuvo con Jacob. Nos ha dado increíbles promesas en Su Palabra. Respondamos como lo hizo Jacob, con adoración y compromiso.