Amor ExtravaganteMuestra

De vida extravagante a vida arruinada

La fortuna de su padre rápidamente mermó hasta convertirse en su propia desgracia, y las adversidades de este joven aventurero le produjeron una completa ruina sin dejarle ni una sola moneda. No solo gastó todo su dinero, sino que cuando se le acabó el efectivo, sus amigos dejaron también de estar a su lado. Y para empeorar aún más las cosas, una gran hambruna lo dejó en una situación potencialmente fatal. Las personas de su entorno se morían de hambre en la zona, y no había nada que pudiera hacer él para ayudarles; ni siquiera podía hacer nada para sí mismo. Lucas 15:14-16 describe lo que tuvo que penar solamente para mantenerse con vida. “Y cuando todo lo hubo malgastado, vino una gran hambre en aquella provincia, y comenzó a faltarle. Y fue y se arrimó a uno de los ciudadanos de aquella tierra, el cual le envió a su hacienda para que apacentase cerdos. Y deseaba llenar su vientre de las algarrobas que comían los cerdos, pero nadie le daba”.

El versículo 14 dice que “comenzó a faltarle”. Verá, su estilo de vida egoísta dejó a este joven vacío y sin nada. ¿No es irónico que gastase todo lo que tenía intentando satisfacer sus deseos egoístas, y en vez de estar satisfecho terminara teniendo más necesidad que antes? Su punto más bajo llegó cuando se vio obligado a aceptar un trabajo terrible: alimentar cerdos y vivir con ellos en la pocilga.

Es el inevitable “alto costo de una vida baja”, y exactamente donde nos lleva esa forma de vida irresponsable. Diversión mientras dura, pero cuando llegan las hambrunas de la vida, uno se convierte en una persona miserable, rencorosa y vengativa que no es bueno para ni para los demás. En vez de aliviar el sufrimiento del mundo, uno se convierte en parte del problema. Así pues, ahí estaba, con una piara de cerdos y una actitud reprensible haciéndole compañía mientras meditaba en su condenado viaje que lo llevó de un amor extravagante a una vida extravagante y a una vida totalmente arruinada.