¡Yo Creo!Muestra
Cree solamente
Una de las cosas que más enfatizó Jesús en Sus enseñanzas fue la necesidad de creer y no dudar. El Señor sabe lo difícil que es para nosotros creer, cuando alrededor nuestro hay toda clase de circunstancias invitándonos a dudar. Tomemos por ejemplo el caso en el que un hombre se acaba de enterar de la muerte de su hija. Jesús lo mira y le dice: “No temas, cree solamente" (Mr. 5:36). Cuán difícil debió ser para este hombre, cuando llegó a su casa, poner a un lado la muerte de su hija y creer que si el Maestro estaba allí algo extraordinario ocurriría. Lo maravilloso es que eso mismo fue lo que sucedió.
Creer solamente, supone la disposición a quitar los ojos de lo que nos perturba, de lo que nos parece imposible, de lo que a todas luces nos dice que no se podrá lograr, para ponerlos en el que todo lo puede y para quien no hay nada imposible. Saber que nuestro Dios todopoderoso puede actuar en todas nuestras circunstancias, y que podemos creer en que Él hará conforme a la grandeza de Su poder y Su soberana voluntad, es tener fe.
Recordemos las palabras que le dijo Jesús a Marta cuando ésta se extrañó de que Jesús pidiera que quitaran la piedra de la tumba de Lázaro: “¿No te he dicho que si crees, verás la gloria de Dios?” (Jn. 11:40). Marta vio esa gloria cuando su hermano resucitó.
Cuando el Señor dice: “cree solamente”, es porque nos quiere llevar a ese lugar de descanso en el que nuestra confianza está en Él, independientemente de si las dificultades desaparecen por un milagro divino o si las tenemos que enfrentarporque siguen con nosotros. Pablo vio grandes milagros luego de su conversión, pero también tuvo que enfrentar muchos males. ¿Le ocurrieron porque no creyó? No amados, esa no es la conclusión correcta. Pablo le creyó a su Maestro en los tiempos que vio Su mano poderosa obrar y también en aquellos momentos en que oró y el Señor le contestó: “Bástate mi gracia" (2 Cor. 12:9).
La fe es un tesoro que poseemos los que estamos en Cristo. A veces, parece como que la batería de nuestra fe está en un por ciento muy bajito, tan mínimo que apenas tenemos las fuerzas para orar y mucho menos para creer que Dios va a actuar. ¿Cómo podemos recargar nuestra fe? Tomando acción, así como buscamos con ansias un receptáculo donde podamos cargar nuestro celular, así también debemos acudir al Señor para que nuestra fe sea fortalecida.
Trae a tu memoria los hechos poderosos de Dios que has visto en Su Palabra y los que has visto en tu propia vida, o en la de los tuyos. Ve a las promesas que Dios te ha dado en Su Palabra y repítelas, apréndelas, confiésalas. Ora con ellas en tus manos y pide al Señor que abra tus ojos para verle en Su magnificencia y confiar en Su fidelidad. Escucha a Jesús cuando te dice: “Si puedes creer, al que cree todo le es posible” (Mr. 9:23-24)
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Agradecimiento especial a Jonathan Riddering por su colaboración en la imagen de presentación del plan.
Acerca de este Plan
No hay duda alguna de lo lejos que están muchas personas de Dios. Los males que aquejan este mundo son cada vez mayores. El Señor Jesús hizo una pregunta muy inquietante a Sus discípulos: “Cuando venga el Hijo del Hombre, ¿hallará fe en la tierra?”. Si nos hubiera preguntado a nosotros, ¿qué responderíamos? En este plan reflexionaremos sobre el don precioso de la fe.
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Nos gustaría agradecer a Grettchen Figueroa por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: http://facebook.com/GrettchenStage