¡Yo Creo!Muestra
¡Yo Creo!
Hay un poema de Amado Nervo muy hermoso titulado "Tú", cuya última estrofa dice así: “Si la ciencia engreída no te ve, yo te veo; si sus labios te niegan, yo te proclamaré. Por cada hombre que duda, mi alma grita: "Yo creo". ¡Y con cada fe muerta, se agiganta mi fe!”.
Siempre me ha gustado, porque encuentro en esas palabras una incuestionable confesión de fe. Es la expresión de la convicción del alma que cree sin dudar. ¡Yo creo! Aun cuando se levanten los incrédulos con sus necios argumentos en contra de Dios, aun cuando haya personas que nieguen su existencia, la fe de este hombre no sufre pérdida alguna.
¿Es esa nuestra fe? ¿Caminamos con nuestra cabeza erguida y con nuestra mirada puesta en el Señor, independientemente de cuáles sean los argumentos humanistas que pretenden desarraigar a Dios de todo, como si se tratase de una mala hierba? Día tras día escuchamos manifestaciones anti Dios de corazones necios que piensan que poseen la verdad, cuando realmente están inmersos en una de las más grandes mentiras del diablo.
La Palabra de Dios dice que tenemos que creer para agradar a Dios. “Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan" (Heb. 11:6).
Es importante que nuestra fe sea fortalecida y que nos acerquemos a la palabra de Dios. Porque “La fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios" (Rom. 10:17). Cada día será mayor la incredulidad, seguirán habiendo personas inescrupulosas, escépticos y ateos que se seguirán levantando en contra de la fe de los creyentes, para continuar desmoronando los fundamentos de una sociedad basada en principios cristianos y de fe.
Los que somos hijos de Dios tenemos la gran misión de continuar siendo sal y luz de este mundo. Hemos sido llamados a levantar la bandera de la fe y a proclamar la verdad del Evangelio de Jesucristo. Somos Sus testigos, Sus mensajeros, Sus colaboradores. Debemos estar asiduos de Cristo y hacer buen uso de las armas que nos ha dado Dios para derribar todo argumento que se levanta contra Su conocimiento.
“Porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas, derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo" (2 Cor. 10:4-5).
“Y con cada fe muerta, se agiganta mi fe".
Acerca de este Plan
No hay duda alguna de lo lejos que están muchas personas de Dios. Los males que aquejan este mundo son cada vez mayores. El Señor Jesús hizo una pregunta muy inquietante a Sus discípulos: “Cuando venga el Hijo del Hombre, ¿hallará fe en la tierra?”. Si nos hubiera preguntado a nosotros, ¿qué responderíamos? En este plan reflexionaremos sobre el don precioso de la fe.
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Nos gustaría agradecer a Grettchen Figueroa por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: http://facebook.com/GrettchenStage