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No pares

DÍA 4 DE 5

¿Alguna vez te han dicho que no? Un día, mientras me bañaba, miré la marca de mi champú y recordé el día en que apliqué para un puesto de trabajo en esa compañía internacional. De hecho, tuve una buena entrevista y dijeron que me llamarían, pero no lo hicieron.

Mi vida ha tenido muchos «no, no y no». ¿Cómo ha sido la tuya? A veces, no cumplimos con las normas de la sociedad, de un puesto de trabajo, del chico que nos gusta, de la iglesia a la que asistimos... cosa que puede ser muy agobiante porque nos lleva a concentrarnos en nuestros errores y opacar el gran «SÍ» del cielo que ya tenemos; no porque lo merezcamos, sino por puro amor y gracia.

«No hay en ti defecto alguno». Al escribir esto me dan ganas de llorar, y es que el sacrificio de Jesús en la cruz no solo dio paso a nuestra justificación, sino también a la adopción; lo cual debería ser el mayor estímulo para buscar de Dios, nuestro gran refugio y motivo de alabanza. La justificación y adopción nos permiten tener libre entrada al Padre, no están basadas en calificaciones ni habilidades, sino simplemente en el alto precio que Jesús pagó por nosotras.

Me encanta una frase que una vez leí en una descripción de Instagram: «No estoy en venta, fui comprada por la sangre de Cristo». No solo suena bonita, sino que es la verdad; por esa razón no debemos depender de las críticas o los elogios de los demás. Dios, como el mejor reparador de autoestima, sabía que en un mundo tan quebrado, necesitaríamos este recordatorio para mantenernos firmes y poder llevar una vida libre de temores.

Hace algunos años, vi a una mujer arrastrándose por la calle haciendo «penitencia»; era una forma de castigarse, de pagar por errores y pecados, y así obtener el perdón. Ella iba camino a una iglesia. Un pastor que estaba en mi grupo de viaje, al ver esta situación, me dijo: «Anda y ora por ella». Me quedé paralizada de temor porque ese día yo no había orado; me sentía «impura» y pensé que Dios no me respaldaría. ¡Yo estaba equivocada!

Cuando la mujer entró a la iglesia arrastrándose, la perseguí. De un momento a otro, Dios me dio las fuerzas necesarias, me paré junto a ella y empecé a decirle: «No necesitas pagar este precio, Jesús ya lo pagó por ti». Al repetir esa frase, sentí mayor autoridad en mí. De repente, un hombre vino corriendo en medio de la congregación y gritó: «Ayúdame, lucho con la masturbación». De un momento a otro, la misa fue interrumpida por estas personas que empezaban a pedir ayuda y buscaban ser libres en Dios. Casi pierdo esa gran oportunidad de hablar de nuestro Dios, por olvidar que Él me ve sin defecto alguno.

En aquel escenario, había dos mujeres que pensaban que su relación con Dios dependía de sus méritos: la mujer que se arrastraba, y yo, que creí que Él no estaría conmigo por no haber orado ese día. Debemos recordar que Dios nos ve a través de Jesús, que se despojó a sí mismo para que seamos salvas. Así que, no permitas que las mentiras de derrota o pensamientos de culpabilidad sean un impedimento para buscar diariamente a Dios. Demos GRACIAS porque no tenemos que arrastrarnos para recibir su perdón. Solamente necesitamos acercarnos a Dios y Él se acercará a nosotras.

  1. ¿Has recibido algún «no» como respuesta?
  2. ¿En qué no te has sentido apta delante de Dios?
  3. ¿Qué te ha recordado Dios hoy?

«Ahora puedo sonreír,

mi historia está completa en ti».

(Fragmento de mi canción «Fuerte»)

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Acerca de este Plan

No pares

No pares es un devocional que con cada reflexión te ayuda a descubrir que tu valor va más allá de las heridas del pasado, de tu propio concepto y de las mentiras de este siglo. Es una obra de excelencia y una poderosa herramienta para la transformación de muchas mujeres que están en el proceso de encontrarse a sí mismas y descubrir cuán amadas son por Dios.

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Nos gustaría agradecer a Anna Ly por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://anna-lymusic.com/