Hijos de DiosEjemplo

Equilibrio

¿Deseas vivir una vida más equilibrada? ¿Cómo sería eso física, espiritual y mentalmente? Al igual que nuestros cuerpos físicos buscan el equilibrio, calentando y enfriando nuestros cuerpos cuando nuestra temperatura se baja un poco, necesitamos equilibrio en otras áreas de nuestras vidas. Cuando tenemos demasiada estimulación, puede que nos sintamos "abrumados" y necesitemos retirarnos. Cuando no tenemos "suficientes" retos, nos sentimos aburridos. ¿Cómo encontramos el equilibrio? Hace poco, oí a una persona "ocupada" hablar con otra que parecía "aburrida". En lugar de ayudarse mutuamente, parecía que ambos se envidiaban, pero no parecían inspirarse para parecerse más al otro. En su lugar, se hizo un comentario sobre la persona ocupada teniendo a tanta gente que quiere estar con ellos. Quizás la persona ocupada solo deseaba tener más tiempo como la otra parecía tener.

¿Ves el reto? Todos podemos ser desequilibrados y celosos, pero se necesita un gran esfuerzo para ser equilibrados. Considera el palo de equilibrio. ¿Para qué sirve? Ayuda a las personas cuando se desequilibran. Dios creó agentes equilibradores naturales dentro de nuestros cuerpos humanos. ¿Cuáles son algunos de esos agentes? Uno es nuestro sistema emocional. Cuando nos sentimos desequilibrados, nuestras emociones nos alertan; puede que se nos revuelva el estómago y aumente nuestro ritmo cardíaco. Podemos introducir a Dios en estas experiencias, pidiéndole que nos ayude a entender lo que hay dentro de nosotros. Él nos da una idea de nuestras necesidades de conexión, comunicación y otras oportunidades de equilibrio. Él es nuestro palo de equilibrio.

Gátalas 5:20-26 nos dice que los celos no vienen de Dios; más bien, el Espíritu Santo produce amor y alegría. Estoy trabajando en invitar a Dios a entrar en mis emociones y experiencias negativas, pidiéndole que me dé discernimiento; ¿Te unirías a mí en esta oración? Cuando llevamos nuestra basura a la Luz, esta pierde su poder (Efesios 5:13)

Crédito extra:
Mientras buscas el equilibrio, invita a Dios para que te permita verte como Él te ve. Mírate en el espejo y recuérdate a ti mismo que eres Su hechura, creada con un propósito (Efesios 2:10).