Hijos de DiosMuestra
La vid
Cuando perdemos el equilibrio, un problema puede ser que nos hayamos desconectado de la vid. ¿Estás familiarizado con el pasaje de las Escrituras que habla de que Cristo es la vid? Juan 15:5 dice que Cristo es la vid, y nosotros los sarmientos. En cambio, ¿te has apartado de la vid, pensando que puedes visitar la iglesia o leer las Escrituras una o dos veces por semana y estar bien? Imagínate arrancar una hoja de un árbol y pensar: “Vivirá”. Puede que no cambie de forma cuando se separó por primera vez de su fuente de vida, pero ya no está vivo.
La cultura puede decir que es normal incorporar asuntos espirituales en nuestras vidas solo unas pocas veces a la semana, pero ¿recuerdas el Jardín del Edén? Dios habitó con Adán y Eva, y estaban en comunidad. Puede haber momentos en los que nos sintamos desesperanzados y, si nos tomamos el tiempo para explorar, podemos darnos cuenta de que no estamos “permaneciendo en Cristo” o invitándolo a nuestras situaciones y roles difíciles.
Aplicamos para la escuela de posgrado, buscamos aplicaciones de citas y nos apresuramos a conseguir el próximo trabajo, pero descansamos en Él si permanecemos en Cristo. Reiniciamos. Recordamos nuestro primer papel como hijos de Dios. Nuestra perspectiva se realinea y encontramos nuestro aliento. El problema es que nos alejaremos de este encuentro y regresaremos al caos que nos arrastra a experiencias estresantes e inquietantes.
Cuando esto se siente mal, es porque lo es. ¿Recuerdas? Dios hizo el Edén, donde habitó con Adán y Eva. Trabajaban, jugaban y vivían en comunidad con Dios. En un nivel profundo, anhelamos esto, pero podemos continuar trayendo a Dios a nuestros hogares y roles como novios, novias, padres y vecinos. Podemos escuchar música que honre a Dios y tener fiestas familiares de baile. Podemos orar con nuestros compañeros de trabajo que no pueden contener las lágrimas cuando reciben noticias terribles. Podemos señalar la belleza de Dios cuando salimos al aire libre. Podemos caer de rodillas en medio de una discusión. Sí, puede ser difícil, incómodo y nuevo, pero hacemos cosas difíciles.
Crédito extra:
Desafíate a ti mismo a usar la sección de notas en tu teléfono para comenzar una lista de las veces que traes a Dios a los muchos roles que desempeñas. Por ejemplo, si oras con tus hijos, eso es traer a Dios a tu papel como padre. Puede ser una oportunidad aleccionadora pero emocionante para crecer.
Escrituras
Acerca de este Plan
Tenemos tantos títulos, pero ¿cuál es el más importante? Hijo de Dios, ¿verdad? ¿Alguna vez te sientes abrumado por todos los otros títulos que tienes? Ser un niño, padre, estudiante, hermano, empleado o atleta trae mucho ajetreo. Este Plan buscará formas de mantener a Dios en el lugar #1 mientras haces malabarismos con tantas otras responsabilidades.
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