Útil para DiosMuestra
Humilde
Juan fue “enviado por Dios” “como testigo, para dar testimonio acerca de la luz, a fin de que todos creyeran por medio de él, Juan no era la luz, sino que vino a dar testimonio de la luz” (Juan1:6-8). Cuando se le preguntó quién era él, Juan admitió que él no era el Cristo (1:20) sino “la voz de uno que clama en el desierto, "Enderecen el camino del Señor" (1:23;. Isaías 40:3).
Cuando comenzó el ministerio de Jesús, Él y Juan estaban bautizando en el campo de Judea. Cuando Jesús comenzó a atraer multitudes más grandes, algunos de los seguidores de Juan le expresaron sus preocupaciones (3:26).
Juan nota que su ministerio es un don y les recuerda que él no es el Cristo (3:27-28). Él ofrece una analogía del novio y el amigo del novio. El amigo no tiene a la novia pero “se regocija con la voz del novio” (23:29).
Jesús es el novio enviado del cielo y está por encima de todo (3:31). Ofrece un testimonio que muchos rechazan, pero quienes lo reciben afirman que “Dios es verdadero” (3:32-33). Creer en el Hijo es tener vida eterna (3:36).
Juan no puede ofrecer lo que Jesús está ofreciendo. Por lo tanto:“A Él [Christ] le toca crecer a mí menguar” (Juan 3:30).
Juan entiende bien su papel. Él debe señalar a Jesús. Habiendo cumplido su misión, no le preocupa pasar a un segundo plano frente a Cristo. Se regocija de que Jesús haya venido y se como testigo para dar testimonio de la luz, a fin de que por medio de él todos creyeran. Juan no era la luz, sino que vino para dar testimonio de la luz. Se regocija de que Jesús haya venido y se complace en reconocer: “Después de mí viene un hombre que es superior a mí, porque existía antes que yo” (1:30).
Juan ofrece una imagen de humildad. La humildad no se trata de descartar los dones de Dios o disminuir el papel que nos ha pedido que desempeñemos. Por el contrario, la humildad es abrazar nuestra suerte en la vida, ejercitar nuestros dones para edificar el cuerpo de Cristo, y dirigir a otros a Jesucristo. Somos humildes porque reconocemos que no tenemos nada que no nos haya sido dado. Incluso nuestros atributos más impresionantes nos fueron dados por Dios para Su uso.
Entonces, como Juan, debemos buscar ver a Cristo crecer a medida que nosotros disminuimos. Al dar más importancia a Cristo, afirmamos que “todas las cosas fueron creadas por medio de Él y para Él. Y Él es antes de todas las cosas, y todas las cosas subsisten por Él” (Colosenses 1:16-17).
Acerca de este Plan
Basado en el libro de James Spencer titulado Útil para Dios: Ocho lecciones de la vida de D. L. Moody, este Plan bíblico examina ocho características evidentes en las Escrituras y en la vida del evangelista del siglo XIX Dwight Moody (p.e. rendido, orante, humilde, sin distracciones, y estudioso). Incluye una guía con estas reflexiones junto con actividades y contenido devocional adicional para descargar en D. L. Moody Center.
More