Confiando en Dios a Pesar del SufrimientoMuestra

Lectura: Salmos 13

DEVOCIONAL: Salmos 13:5

Mas yo en tu misericordia he confiado; mi corazón se alegrará en tu salvación.

En este Salmo David expresa, nuevamente, su impaciencia por ver que las malas acciones pasan aparentemente desapercibidas. Y le pidió a Dios que hiciera algo al respecto. Si somos honestas, todas nos hemos sentido así alguna vez. Somos impacientes por ver a Dios moverse, sanar, proteger y salvar, y quedamos confundidas y desanimadas cuando Él no lo hace en nuestro tiempo o a nuestra manera. Nos sentimos olvidadas, engañadas y frustradas.

Aquí es cuando necesitamos seguir recordando lo que es verdadero. Aquí es donde podemos apoyarnos en el conocimiento y la fe que hemos obtenido al volvernos obedientemente a la Palabra de Dios todos los días y guardarla para momentos como estos. Aquí es donde el lamento juega un papel importante en el sostenimiento e incluso en el crecimiento de nuestra fe. A medida que confiamos en Dios con las cosas que no podemos controlar y creemos que Él es quien dice ser, incluso cuando la vida no tiene sentido, nuestra fe se fortalece.

El Señor es el mismo ayer, hoy y por los siglos (Hebreos 13:8). Damos gracias a Dios hoy por su liberación a través de Jesucristo. Dios creó el mundo y la humanidad, pero el pecado nos ha separado de Él. Envió a Su único Hijo, Jesucristo, para pagar el precio de nuestro pecado y redimir a la humanidad, permitiéndonos tener una relación personal con Dios Padre. ¿Cuál será nuestra respuesta? ¿Cuál será tu respuesta? ¿Y cómo responderemos ante el sufrimiento inevitable? Jesús dice: “Os he dicho estas cosas para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción, pero confiad: yo he vencido al mundo.” (Juan 16:33).

Su carácter nunca cambia y Su amor por ti, Su hija, es profundo. Si estás en Cristo Jesús, no hay condenación para ti (Romanos 8:1). Cuando experimentes una temporada de sufrimiento, injusticia o dolor, no dejes de hablar con Dios por no saber cómo expresar algunas de tus preguntas. Ora de la manera en la que le hablarías a un Padre amoroso, usa las palabras de los Salmos si es necesario y cree que Él permanecerá fiel.

Ve a Él hoy con libertad, sabiendo que puedes hablarle al Señor de ese dolor inexplicable y confía en Él por lo que Él es y lo que ha hecho.