[Cinco conversaciones con Cristo] Ansiedad y preocupaciónMuestra

Cambiar el cauce

En el pasado, la gente solía tocar álbumes o discos en un tocadiscos. También se conocen como acetatos de vinilo. La aguja entra en los surcos y suena la música. Cuando pongo la aguja, no importa lo viejo que sea este disco, tocará la misma canción vez tras vez. Con la ansiedad, te pasa lo mismo en tu vida.

Al igual que un registro tiene surcos, tu error cognitivo es una rutina. Todo el mundo te ha estado diciendo: «No eres nada más que un perro sabueso. Nunca atrapaste un conejo. Dijeron que eras de clase alta, pero no, no lo eres». Te dices a ti mismo: «Estás gordo. Eres feo. Eres estúpido. Eres terrible. Todo te sale mal en la vida». Tienes un problema de relación, la aguja del tocadiscos en tu mente cae y la canción suena: «No eres nada más que un perro sabueso, llorando todo el tiempo». Diez años más tarde, estás casado y eso supuestamente iba a resolver todos los problemas: «No eres más que un perro sabueso, llorando todo el tiempo». Te dices a ti mismo que esto es lo que Dios piensa de ti: «No eres nada más que un perro sabueso». Estás convencido de que todos los demás también lo creen.

La ansiedad te hace repetir el surco. El duelo puede establecer un surco en tu vida. Una experiencia traumática también puede repetir el mismo surco. La forma en que tu cuerpo está dispuesto químicamente puede regresar al mismo surco. Seguramente no has tenido más de una semana libre en 30 años y te preguntas por qué estás ansioso. Has estado en modo de lucha o huida.

Jesús les dijo a los discípulos: «No os preocupéis por su vida». Él los consoló, pero también los desafió a creer que Dios puede proveer. Dios conoce nuestras necesidades incluso antes de que lo pidamos. Él restablece el cauce. Cuando aceptas a Jesús en tu corazón, Él toma el viejo registro de tu vida, todos esos restos y hace algo totalmente nuevo. Él vuelve a conectarte. Necesitamos que Jesucristo nos saque de los surcos en los que hemos estado por mucho, mucho tiempo. Se necesita trabajo de corazón y trabajo duro, pero podemos salir de allí. Tenemos los pies en la Roca. 

Para obtener más información sobre este devocional, por favor sigue este enlace del sermón en inglés sobre el cual se basó este plan devocional: Clic aquí