[Cinco conversaciones con Cristo] Ansiedad y preocupaciónMuestra

Una experiencia humana común 

Hay mucho de qué preocuparse en nuestra nación y en el mundo. La pandemia... incluso las conversaciones al respecto crean preocupación. Hay algunas personas que piensan que es un engaño; otras en cambio, saben que es real y dicen: «Nunca más saldré de mi casa». ¡Es fácil encontrarse ansioso en estos días!

La ansiedad es más que solo una tormenta, es una llovizna en nuestras vidas. Es más que una tormenta eléctrica, es más como una niebla por la que caminamos. Es como un zumbido en tu corazón. Adam Mason, el director de nuestro Centro de consejería Julianna Poor Memorial, aquí en la Primera Iglesia Bautista de Houston, lo define así: «La ansiedad es una de las experiencias más comunes de la humanidad. Es un estado de excitación psicológica asociado con inquietud y pensamientos inseguros. Tiene una hermana gemela, la depresión que se une a su hermano cuando los pensamientos inseguros se convierten en desesperanza».

La palabra griega traducida como ‘ansiedad’ en Lucas 12:29, significa ser desgarrado, de mente dudosa, que es sostenido en suspenso; es una imagen de un barco que es lanzado en una tormenta. La palabra inglesa worry proviene de una antigua palabra anglosajona que significa estrangular. Entonces, la preocupación nos estrangula, nos pone nerviosos. Esto es algo psicológico, sí, pero también es espiritual, biológico y circunstancial, son todas esas cosas juntas.

¿Cómo luchamos contra la ansiedad? Hay mucho de qué preocuparse. En este pasaje, Jesús acababa de hablar ante una multitud. Pero su palabra era especialmente para sus discípulos, para aquellos que creían en Él. Él les dijo: «No se preocupen por su vida, lo que van a comer; o sobre el cuerpo, lo que te pondrás». Él les preguntó, «¿Puede alguno de ustedes añadir un codo a su altura preocupándose? Si no eres capaz de hacer ni una pequeña cosa, ¿por qué preocuparte por el resto?».

La autora Corrie Ten Boom lo dijo así: «La preocupación no quita el dolor del mañana; en su lugar vacía la fortaleza de hoy».