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Un mundo atemorizante
En esta era donde constantemente estamos expuestos a un enorme ruido audiovisual, lo deslumbrante y atrayente de este mundo puede distraer nuestra mirada de Jesús. Sucede igual cuando ponemos nuestra atención en la creciente ola de noticias negativas que escuchamos en todas partes. Convulsiones políticas y sociales, enfermedades y muerte, trastorno de valores, intolerancia y pérdida del respeto a la vida, son tan sólo una muestra de cómo el mundo que conocemos se vuelve cada vez más frío y atemorizante.
En nuestra racionalidad, creemos que mientras más sepamos sobre estos temas, estaremos mejor preparados para hacerles frente. Y bajo ese argumento, estamos pendientes y devoramos cuanta información llega a nosotros, sin cuestionarla, sin filtrar nada, e incluso la retransmitimos, aceptándola como una verdad. No nos damos cuenta de que la sobreexposición a este tipo de noticias nos hace vulnerables y terminamos siendo presas del temor.
Las noticias negativas nos bombardean a diario. Y así como un soldado no sale sin un escudo que lo proteja de los ataques de su enemigo, de igual manera, necesitamos revestirnos con el escudo de la fe para combatir el miedo que busca instalarse en nuestro corazón. No se trata de hacer oídos sordos, tampoco de aislarnos e ignorar lo que sucede a nuestro alrededor, sino más bien, reconocer que necesitamos prestar mayor atención a Dios y creer lo que nos dice en su Palabra. Cuando intencionalmente fijamos nuestra vista en el Señor, la esperanza vuelve a habitar en nuestros corazones.
Ante cualquier situación, por muy difícil o imposible que parezca, recordemos las palabras de Jesús: “no tengas miedo; cree nada más”. Estas palabras se las dijo a un hombre que acababa de enterarse que su hija había muerto. ¿Existe alguna situación más irreversible que esa? Sin embargo, estas palabras y el milagro que hizo después probaron nuevamente que para Él no hay nada imposible.
Sin importar lo que sea que te esté afligiendo hoy, no tengas miedo y atrévete a creer. ¿Creer en qué? En un Dios que tiene pensamientos de bien y no de mal, para darte un futuro y una esperanza. Tener la certeza que Él está siempre a tu lado y que no tiene planeado fallarte ni abandonarte; al contrario, quiere animarte a continuar sin desfallecer.
A veces, decimos creer en Dios, pero lo hacemos hasta cierto punto. Nuestra inseguridad nos lleva a creer con ciertos límites en lo que Él puede hacer. Necesitamos imperativamente cambiar esa postura, ser valientes y atrevernos a confiar plenamente en el Señor, con la certeza de que la victoria sobre el temor será como la victoria de Josué en la conquista de la tierra prometida.
Es cierto que pasamos por situaciones difíciles. Precisamente por ello, no podemos dejar de mirar a Cristo ni podemos olvidar que su sacrificio en la cruz sigue siendo efectivo para nuestras vidas hoy. Su poder no ha mermado y su protección está alrededor nuestro.
Despertemos de los destellos o de los temores que han distraído nuestra mirada y depositemos nuestra vida en las manos de nuestro Padre. De una u otra manera, esto que estamos atravesando también pasará.
Acerca de este Plan
Necesitamos poner nuestros ojos en Jesús. No es negar la realidad, no es dejar de ver lo que pasa en nuestro entorno, es enfocarnos en lo único estable, es fijar nuestra atención en la única persona que puede sostenernos en la dificultad. Hagamos contacto visual con el autor de la vida y hallaremos esperanza.
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Nos gustaría agradecer a Jazôn por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: http://www.jazon.info