[Grandes Versos] El increíble trabajo del Espíritu en tiMuestra

Vivir por la carne o por el Espíritu

«Porque los que son de la carne piensan en las cosas de la carne; pero los que son del Espíritu, en las cosas del Espíritu».

En su libro «El Dios Olvidado», Francis Chan cita el comentario que A.W. Tozer alguna vez hizo: «Que nos quede claro: el nivel de espiritualidad entre nosotros es bajo. Nos hemos medido por nosotros mismos hasta que el incentivo para buscar mesetas más altas en las cosas del Espíritu se ha ido... [Hemos] imitado al mundo, buscado el favor popular, fabricado delicias para sustituir la alegría del Señor y producido un poder barato y sintético para sustituir el poder del Espíritu Santo. La vida espiritual es vida en el Espíritu, por medio del Espíritu, a través del Espíritu».

Romanos 8:1-17 es uno de los grandes pasajes de la vida en el Espíritu y, en contraste, la palabra «carne» aparece ocho veces en los versículos 3-8. Aquí, el término se refiere a las tendencias pecaminosas, centradas en nosotros mismos y autosuficiencias que todos tenemos. Estas tendencias son innatas a la condición humana e inherentemente opuestas al Espíritu. Vivir por la carne significa vivir para uno mismo, en lugar de vivir para Cristo.

Dios nos dice que no fijemos nuestra mente en la carne, sino en el Espíritu. ¿Cómo es esto? Cuando estás ocupado con Cristo, no contigo mismo. Buscas cumplir la voluntad de Cristo, no la tuya. Ves tu vida como pertenencia de Cristo, no tuya. Te ves a ti mismo como mayordomo, no dueño de todo lo que posees. Estás enfocado en los demás, no en ti mismo. Vives para el próximo mundo, no para este mundo. No amas el dinero y usas a la gente, pero amas a la gente y usas el dinero. No te esfuerzas por vivir bien, pero confías en el poder del Espíritu para vivir bien. No confías en tu fuerza sino en el poder del Espíritu. Toda tu vida se rinde a Jesús. Esa es la vida en el Espíritu.

¿Pero cómo? ¿Cómo podemos vivir así? Para enfocarte en la carne, haz esto: Rara vez lee la Biblia. Concéntrate en conocer la Biblia, no en obedecer la Biblia. No vivas en una comunidad de cristianos comprometidos. No busques a la gente que te rodea. Reúnete con el pueblo de Dios sólo una o dos veces al mes, siempre que sea conveniente. Pasa mucho tiempo viendo la televisión y poco tiempo a solas con Dios. Persigue las cosas del mundo.

Sin embargo, para enfocarte en el Espíritu, haz esto: Llena tu mente con la Palabra de Dios. Reúnete con Dios todos los días. Memoriza la Palabra de Dios y obedécela. Vive en una comunidad de creyentes comprometidos. Reúnete semanalmente con personas cristianas. Ora durante todo el día. Mantente alerta y ama a la gente que te rodea. Vive continuamente en la presencia de Dios.

Si el Espíritu del Dios viviente mora en nosotros, debemos ser muy diferentes a nuestros vecinos. ¿Qué tan diferente eres? ¿Qué tan diferente soy?