La Gracia De Cristo Muestra
De ninguna manera la perdonaría. No merecía el perdón, merecía pagar por lo que había hecho.
La cuestión es que "ella" era yo, y así es exactamente como me sentí durante años. No tuve ningún problema en perdonar a los demás, solo a mí misma.
La Escritura nos dice, en Cristo, Dios ha quitado todos nuestros pecados. Pero decidí creer que eso no se aplicaba a mí, que necesitaba cumplir una sentencia de vergüenza antes de que pudiera ser exonerada de mi culpa. Además, estaba segura de que mis pecados no solo me hacían indigna de recibir el perdón de Dios, sino también su amor.
¿Ha descubierto que a menudo la persona más difícil de perdonar es usted mismo? Ese fue definitivamente mi caso, hasta que literalmente Dios habló sobre mi situación.
Asistí a un servicio de adoración donde escuché la historia de la sanación milagrosa de un hombre. Sin embargo, lo que me sorprendió no fue su sanación física, sino la libertad que experimentó de los sentimientos de indignidad.
Siguiendo el testimonio del hombre, un pastor invitó a cualquiera que se sintiera agobiado por la indignidad a ponerse de pie y recibir oración. A pesar del orgullo que me suplicaba permanecer sentada, me levanté. Y en los momentos de silencio que siguieron a la oración, Dios me habló por primera vez.
Dijo: Christa, te amo. Te perdoné hace mucho tiempo y necesitas perdonarte a ti misma.
Estaba literalmente deshecha. Liberada instantáneamente del tremendo peso de la vergüenza que eventualmente me habría aplastado. Estaba abrumada, con amor.
Hasta ese momento, no había notado de cuánto había permitido que la falta de perdón afectara mi vida y mis relaciones. Había confiado en Cristo para la salvación, pero mantenía la gracia de Dios a distancia, negándome a aceptarla. Sin querer, yo decía que la muerte de Cristo fue suficiente para vindicar a otros, pero no a mí.
Liberada de esa carga pude seguir adelante, verdaderamente amarme a mí misma, a los demás y a Dios, y finalmente experimentar la libertad por la cual Cristo murió para darme.
No es que el perdón borraría el recuerdo de mis pecados vergonzosos, pero sí erradicó el poder opresivo que tenían sobre mí. Antes, eran cicatrices que traté desesperadamente de cubrir; ahora son cicatrices que señalo con orgullo y digo: "Mira lo que Dios ha hecho en mi vida."
No permitas que la falta de perdón te controle. Recuerda que Dios quiere hacer el mismo trabajo transformador en ti, convirtiendo tus cicatrices en una hermosa historia de Su amor.
¿Qué tan fácil es para usted perdonarse a sí mismo y caminar en gracia, y por qué siente que es así?
~ Christa Cottam
Escrituras
Acerca de este Plan
La Gracia de Cristo tiene el poder de cambiarlo todo. No tenemos que esforzarnos, competir, comparar, o cuestionar si estamos a la altura o no. Somos suficientes porque Cristo en nosotros es suficiente. La cruz de Cristo nos libera y nos da poder para ser todo lo que Dios nos creó para ser. Translated by Anita Farwell, Walter Solorzano, y Zoe Howard.
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Nos gustaría agradecer a Wholly Loved Ministries por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: http://whollyloved.com