La bendición de lo ordinarioMuestra

Queso y pan

En la superficie, David versus Goliat parece un tema que va contra el título: ¿No es el hecho que David matara a Goliat uno de los mejores ejemplos de una fe radical, en la que una persona hace algo seguramente imposible para la gloria de Dios?

Sí, a primera vista, esta historia no parece decir algo sobre la gente que anda por allí lavando trastes sucios, podando césped y limpiando pisos de salas sucias... Pero examinemos la mañana de David...

Se despertó muy temprano, hizo arreglos con un vecino para que le cuidara las ovejas y cargó su vehículo con queso y pan. Por último, se fue en su viaje por tierra para entregar los regalos de su papá para sus hermanos mayores quienes estaban peleando con el rey Saúl contra los odiados filisteos.

No hay nada asombroso o glamuroso en eso, no hay oraciones pidiéndole hacerle famoso por la eternidad como David el Mata Gigantes. David no se despertó con Goliat en la cabeza, sino con la idea de honrar a su papá y ser el mandadero que llevara el pan y el queso.

La famosa historia de David versus Goliat ocurrió por la fidelidad con los elementos cotidianos como el pan y el queso. Dios pesó las motivaciones de David y sabía que el joven buscaba su corazón.

Uno de los secretos fundamentales para disfrutar la paz en el día a día es buscar a Dios, no a los gigantes. Jesús compartió esta verdad cuando nos dijo que buscáramos primero el Reino de Dios y su justicia. Nuestros corazones deben buscar el tipo de relación que David tenía con Dios en lugar de buscar lo sensacional y espectacular.

Cuando fantaseamos con las "grandes cosas" que podríamos estar haciendo para Dios, perdemos la belleza de Su Reino que ya está entre nosotros y nuestras vidas pueden verse marcadas por el resentimiento en vez de la reverencia. Dios no te ha pedido matar a Goliat hoy, pero el Señor sí quiere que seas amable con tus palabras, paciente con tus hermanos y honesto con tus impuestos.

Y a nos ser que haya un toro descuartizado en el altar de tu sala, no se espera tampoco que pidas que descienda fuego del cielo. Sé que suena contrario a tantas cosas que hemos escuchado, y lo abordaremos en los próximos devocionales... pero por ahora: busca a Dios, no a los gigantes.