La bendición de lo ordinarioMuestra

Leones y osos

Saúl oye un rumor de un joven seguro, dispuesto a enfrentar a Goliat. David es escoltado a su presencia y el rey no está impresionado con el escuálido y bronceado pastor.
Casi se puede escuchar la burla en las palabras de Saúl:
"No puedes ir a pelear con él, solo eres un muchacho".

Pero la respuesta de David revela tanto la fuente de su seguridad y nuestra clave para entender la diferencia entre él y los soldados que se veían como para el papel, pero que carecían de la fe para avanzar.

Cuando guió sus ovejas en el desierto, David se mantuvo vigilante de los depredadores, y dos veces tuvo que matar bestias fuertes con su vara y honda.

Así que cuando David oye del reto de Goliat, él ve al gigante como el próximo eslabón en la cadena alimenticia de depredadores...

"El Señor que me libró de la garra del león y de la garra del oso me librará de la mano de este filisteo".

Enfrentar a Goliat no era un intento fortuito sino un acto de fe que tenía sentido dentro de una relación existente con una confianza probada. Una relación que se inició en los campos diarios de la fidelidad, cuando cumplía con sus deberes con las herramientas comunes de su oficio. Es la espada forjada en los fuegos inagotables del día a día la que está lista para dar una estocada fiel si aparece un gran enemigo.

Los problemas y el drama vinieron a David en medio de lo ordinario y respondió con confianza y acción, creyendo la victoria que sobre su enemigo vendría por la presencia del Señor, y no a lo asombroso que él pudiese ser.
¿Qué significa eso para ti?

Busca la fidelidad ahora en donde estás, haciendo las cosas del día a día con excelencia lo mejor posible y pídele a Dios ojos para ver los "leones y osos" donde puedes confiar en Él.

Si los leones y los osos te dan mucho miedo, ora por un ratón de campo metafórico para que aprendas a confiar en Dios. Nos volvemos como los soldados gritones y sin fe cuando solo confiamos en Dios en la teoría. La meta no es pasar un día de un ratón de campo a Goliat...la meta es conocer a Dios en una relación de confianza y estar contento con tu vara y honda en el momento presente.

El problema es que, como veremos mañan, para vivir en esa libertad y confianza tendremos que superar la tentación que David enfrentó cuando Saúl "lo bendijo" en su forma de pelear contra el gigante.