Cómo Ser Libre De La Ofensa Por Medio Del PerdónMuestra

¿Necesitamos perdonarnos?

"El perdón es la única venganza aprobada por el universo." Silvia Schmidt

Es bastante triste observar personas que cargan por mucho tiempo el peso de sus errores, especialmente los que afectaron a otros. Ya pidieron perdón a los involucrados, se arrepintieron de lo sucedido, e inclusive pidieron sinceramente perdón a Dios.

Sin embargo, su vida estancada y sus emociones revelan que no se han perdonado a sí mismos. No despegan en muchas facetas.

Es como si estuvieran pagando permanentemente una culpa y, en ocasiones, auto castigándose. No se sienten dignos. Se sienten culpables. Se sienten no merecedores.

¿Cuál es el consejo en estos casos? Perdonarse.

Sin embargo, quiero hacer notar que la verdadera raíz de encontrarnos en una encrucijada emocional de esa naturaleza, no es que no nos perdonamos, sino más bien que no estamos aceptando y creyendo en el perdón de Dios.

Estamos haciendo girar la rueda de la vida en relación con lo que sentimos y pensamos y lo que debemos hacer, y no en relación con la infalibilidad y confiabilidad de Dios.

Si Él nos perdona, ¿por qué no aceptamos ese perdón y le ponemos un punto final? Si el Creador dice que nos perdona, ¿por qué cargamos con el asunto, como si fuera más importante nuestra opinión que lo que Él dice que hará al respecto?

Alguna vez leí una historia real que nos refleja lo anterior:

Un joven americano, en 1854, cometió el asesinato de un amigo en medio de una borrachera. Fue a la cárcel y pesaba sobre él la pena de muerte. Todos los vecinos y aún la esposa del muerto, firmaron una carta al gobernador pidiendo el indulto, porque conocían que era un buen joven.

El gobernador firmó la carta aceptando el indulto. Y él, en persona, fue a la cárcel a entregársela al joven. Pero éste no quiso recibirlo. Lo echó varias veces y no lo dejó hablar, a pesar de la insistencia de su visitante. Pensaba que era un ministro religioso de los muchos que le habían visitado y no quería escuchar. Así que no lo recibió.

Posteriormente, cuando se enteró de quién era y del objetivo de la visita, este joven quiso enmendar su error. Pero tristemente el gobernador ya había cambiado de idea.

La historia cuenta que el día de su ejecución en la silla eléctrica, este joven miró a los presentes y dijo: "Hoy no muero por mi crimen. No muero por ser asesino. De eso ya fui perdonado. El Gobernador ya me había perdonado. Podría vivir y ser libre. Si muero hoy, continuó, es porque no quise aceptar el perdón."

¿Qué dice Dios sobre esto?

1. El amor y el perdón de Dios son inagotables y están disponibles para quienes lo buscan

"¿Qué Dios hay como tú, que perdone la maldad y pase por alto el delito del remanente de su pueblo? No siempre estarás airado, porque tu mayor placer es amar. Vuelve a compadecerte de nosotros. Pon tu pie sobre nuestras maldades y arroja al fondo del mar  todos nuestros pecados." (Miqueas 7:18-19 NVI)

2. Nuestras percepciones quedan por debajo de las verdades de Dios. No creamos en lo que sentimos sino en lo que Él dice.

"Pues si nuestro corazón nos reprende, mayor que nuestro corazón es Dios, y él sabe todas las cosas." (1 Juan 3:20 RV60)

3. Cuando Dios dice algo, lo cumple. Por lo tanto, si confesamos sinceramente -que es nuestra parte-, Él cumplirá la suya.

"Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad." (1 Juan 1:9 RV60)

¿Hay algún error, fracaso, negligencia o pecado suyo, sobre el cuál no se ha perdonado?

Tráigalo ahora delante de Dios en oración y pídale libertad total.

COMPROMISO CON DIOS: Ahora, ¿Qué hará al respecto?