Cómo Ser Libre De La Ofensa Por Medio Del PerdónMuestra
En el lado opuesto
"El perdón cae como lluvia suave desde el cielo a la tierra. Es dos veces bendito; bendice al que lo da y al que lo recibe." William Shakespeare
Perdonar a alguien ya es difícil. ¿Y pedir perdón?
Reconocer que hemos cometido una falta o herido a alguien tampoco es sencillo. Como "pedir perdón" es una norma de buenos modales que se nos enseña para vivir en sociedad -así como el uso correcto de los cubiertos en la mesa-, crecemos tomando muy a la ligera esta idea.
Frases trilladas como: "Disculpá," "I´m sorry", "Perdoname" son repetidas sin mucha conciencia de arrepentimiento ni valoración de los daños. Sólo para calmar la conciencia o quedar bien. En esa dinámica cotidiana, incluso acomodamos nuestro comportamiento simpáticamente: "más vale pedir perdón que permiso" y nos predisponemos a hacer lo que queremos porque tenemos una opción posterior de pedir perdón.
Acerca de esto, nos ayudará también el reconocer las diferencias entre arrepentimiento y remordimiento. Para eso, repase estas ideas tomadas de nuestro manual "Seis semanas de humillación":
- El remordimiento produce culpa. El arrepentimiento convicción de pecado.
- El remordimiento lleva al creyente a pedir perdón para "deshacerse" de la culpa o del malestar interno que no lo deja tranquilo.
- El arrepentimiento busca reconciliación con Dios y restauración de la relación.
- El remordimiento busca calmar la conciencia. ¡Es "anestésico"!
- El corazón arrepentido busca limpieza total y radical, para entrar en la presencia de Dios. El remordimiento es auto sugestivo.
- El arrepentimiento es un acto de fe, de amor y de transparencia.
- El remordimiento es superficial y por eso, subliminalmente, no implica un verdadero interés para salir del pecado.
- El arrepentimiento nos lleva a un firme propósito de salir del pecado.
- El remordimiento es urgente. El arrepentimiento es profundo.
- El remordimiento es psicológico (mental). El arrepentimiento es espiritual.
- El remordimiento es un maquillaje basado "en el hábito espiritual de pedir perdón":
- Setenta veces se pide perdón y setenta veces se cae en el mismo pecado (muy frecuente en esta época). Sentir remordimiento no nos saca del pantano, al contrario, nos introduce más en él.
- El arrepentimiento nos convence profundamente de que el pecado nos destituye de la presencia de Dios.
Pedir perdón es parte fundamental de la salud emocional personal y relacional. Y debemos reconocer que, así como nos es fácil adoptar el papel de "víctimas" frente a la ofensa de otros, nos es difícil aceptar el papel de "responsables" por algunas relaciones rotas.
En ocasiones, como el comportamiento y faltas del otro (a) son más groseros o visibles, aprovechamos de escudarnos en eso para quedar libres de toda responsabilidad. Y no nos hacemos cargo de nuestra parte, de nuestra conducta, negligencias, emociones o actitudes.
Si revertimos el orden y en toda situación empezamos con nosotros mismos, dándonos el permiso de revisar primero nuestro corazón, intenciones ocultas y actitudes enmascaradas, ganaríamos mucho de salud mental.
Si reconocemos cuáles son las palabras y conductas nuestras que hieren u ofenden a otros, podríamos valientemente dar el paso de pedir perdón a pesar de que nuestras faltas sean mínimas en relación a las de la otra persona.
¡Cuánta libertad interior ganaríamos! ¡Cómo liberaríamos el camino para la restauración de nuestro corazón y el de los demás!
¿Qué dice Dios sobre esto?
1. Es importante que si alguien tiene algo en contra nuestra (está enojado u ofendido), hagamos lo posible por pedir perdón y resolver ese asunto.
"Por lo tanto, si estás presentando tu ofrenda en el altar y allí recuerdas que tu hermano tiene algo contra ti, deja tu ofrenda allí delante del altar. Ve primero y reconcíliate con tu hermano; luego vuelve y presenta tu ofrenda." (Mateo 5:23-24 NVI)
2. Aceptar lo que no está bien en nuestros corazones nos librará de muchos males.
"Quien encubre su pecado jamás prospera; quien lo confiesa y lo deja, halla perdón." (Proverbios 28:13 NVI)
En oración, haga un compromiso con Dios de ser obediente a estos principios del perdón, y de que en los próximos días se dejará guiar por el Espíritu Santo para no tener nada pendiente con nadie. El resultado será: su relación con Dios restaurada.
COMPROMISO CON DIOS: Ahora, ¿Qué hará al respecto?
Escrituras
Acerca de este Plan
"Cómo ser libre de la ofensa por medio del perdón". Es un proceso de seis semanas con temas diarios para leer y meditar, junto con dinámicas personales y desafíos de ajuste y cambio. Convencidos de que la libertad es una herencia irrenunciable para todo hijo (a) de Dios, organizamos conceptos sencillos que apuntan a recuperarla, si nos la dejamos robar, o a mantenerla, si estamos en buenas condiciones.
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Nos gustaría agradecer a DISCIPULADORES21 por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite:https://www.intimidad-con-dios.com/